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México.– ¿Te has preguntado alguna vez que pasa por la cabeza de Vladimir Putin? Si tu respuesta fue sí, sobre todo después de que comenzó la guerra de Rusia contra Ucrania, lo primero que deberás saber es que son muy pocas personas las que pueden contestar esta pregunta con seriedad.
Entre esas personas hay dos en particular, que formaron parte de la URSS e incluso compartieron el universo profesional y personal del actual autócrata del Kremlin.
La primera persona es Serguei Jirnov, exagente del KGB formado para infiltrar las administraciones occidentales, que siguió el mismo curso que Putin.
El segundo es Alexander Adler, historiador, especialista de la Unión Soviética y Europa del este, exmiembro del Partido Comunista Francés (PCF), profesor durante muchos años de la escuela central del partido en Francia y conspicuo allegado a las más altas instancias del politburó soviético, antes de girar hacia el atlantismo.
Ambos han revelado secretos de la vida sobre Putin.
“Como un búmeran, la “operación militar” de Putin volverá de Kiev a Moscú. Si hay un destino humano complejo es el de Vladimir Putin. Veo en su gesto la tragedia de un hombre que se está suicidando políticamente y probablemente también en forma personal. Se trata, en todo caso, de un hombre desesperado y desesperante”, comentó Alexander Adler.
Además señaló que el presidente ruso es hijo de dos personas genias; y se cree siempre más fuerte de lo que es.
“Putin es hijo de dos genios: su padre biológico y su padre adoptivo. Pero esto no solo no lo ayudó, sino que lo incapacitó debido a una suerte de emulación. Putin se cree siempre más fuerte de lo que es y vive en un estado de rabia impotente que lo conduce a los peores excesos”, complementó el historiador.
Cabe señalar que Putin fue mandado a un orfanato soviético donde fue malnutrido y maltratado, hasta que, en 1956, un tal Iouri Andropov, quien estaba a cargo de los países socialistas en el KGB y había conocido muy bien a Broverman, quien fue padre de Vladimir, decidió salvar al pequeño, haciéndolo adoptar por uno de sus colaboradores, Vladimir Vladimirovitch Putin, aunque siguió ocupándose de él.
“En consecuencia, por su golpe de Estado, quiere hacer todo el mal que pueda a Ucrania. Pero también quiere hacer un máximo de mal a Moscú, a todos aquellos que desafiaron su poder. Por eso las humillaciones públicas y las mises-en scènes ante las cámaras de televisión. Es exactamente eso lo que estamos viendo, en tiempo real, en la cabeza de un hombre no solo paranoico, sino megalómano, que se considerad “el zar de todas las Rusias””, concluyó Adler.
Es importante mencionar que la interpretación de Adler fue corroborada en gran parte por Jirnov.
“Fue declarado inapto, pues sus superiores lo juzgaron incapaz de evaluar correctamente las decisiones que tomaba y sus consecuencias, tanto para él mismo como para el KGB”, precisó Serguie.