EU.- A pesar de ser uno de los estados que tuvo más contagios y fallecimientos a causa de la pandemia por COVID-19, en California, Estados Unidos, el movimiento conspiracionista antivacunas ha tomado más fuerza en últimas fechas.
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Por otra parte, es un hecho que en el vecino país del norte han avanzado rápidamente los números de personas que han accedido a ponerse la vacuna contra el coronavirus, por lo que las autoridades de salud estadounidenses han anunciado que el uso de cubrebocas es opcional para quienes se hayan vacunado; sin embargo, en redes sociales han crecido las denuncias de una cafetería en California que advierte que cobrará cinco dólares a las personas que usen las mascarillas en el interior de sus instalaciones.
Se trata de la cafetería Fiddleheads, la cual ha implementado su nueva política, la cual no es para quienes quieran seguir protegiéndose con cubrebocas, al contrario, se cobrará una multa de 5 dólares a los clientes que seas “atrapados” usando el protector e incluso han advertido que la multa aplicará a quienes encuentren hablando sobre si han recibido la vacuna.
El propietario del café, Chris Castleman, dijo que su idea surgió gracias a que se tiene la creencia de que las restricciones para prevenir los contagios han traído muchos daños destructivos para las personas. Para él, es responsabilidad de las autoridades vigilar y estudiar los efectos colaterales de las medidas de prevención para reducir transmisiones, que van desde mayor abuso de drogas, hasta violencia doméstica.
Su justificación sobre sus medidas contra el cubrebocas donde supuestamente el monto acumulado por la imposición de estas multas será para asociaciones que buscan eliminar el abuso doméstico, ha causado más reacciones negativas que positivas.
En redes sociales los usuarios se han mostrado molestos e incrédulos puesto que no es la primera vez que Castleman actúa en contra de las medidas sanitarias desde que inició la pandemia, incluso aseguran que es un conocido antivacunas y que, cuando el COVID-19 estaba más fuerte en el estado de California, ofrecía un descuento especial a los clientes que se quitaran el cubrebocas en el interior de su establecimiento, ya que él no cree en el virus ni sus efectos.
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