Brasil. En medio del endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, un grupo de 113 ciudadanos brasileños deportados llegó este viernes a Fortaleza, en el noreste de Brasil. A diferencia de un vuelo anterior que generó protestas del Gobierno brasileño, en esta ocasión las autoridades garantizaron un trato humanitario a los repatriados.
A su llegada, la Policía Federal retiró las esposas de los pasajeros dentro de la aeronave, un contraste con el vuelo del 24 de enero, cuando 88 deportados arribaron a Manaos con grilletes, lo que motivó la intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En respuesta, el Gobierno de Brasil convocó al encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Gabriel Escobar, para expresar su descontento por el trato recibido por sus ciudadanos.
Te puede interesar leer: El Pentágono desplegará mil 500 nuevos soldados hacia la frontera con México
La secretaria de Derechos Humanos del Estado de Ceará, Socorro França, destacó que esta vez “todo fue bien”, resaltando la organización del recibimiento y la asistencia brindada a los repatriados. En Fortaleza, se les proporcionó agua, alimentos, productos de higiene y atención médica en caso de ser necesario.
Además, el Gobierno habilitó un vuelo de la Fuerza Aérea para quienes desearan trasladarse a Belo Horizonte, una de las ciudades más grandes del país. Este es el segundo vuelo de deportados brasileños desde que Donald Trump asumió la presidencia el 20 de enero.