Brasil. El Gobierno brasileño ha expresado su preocupación ante la propuesta del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio. Fernando Haddad, ministro de Hacienda de Brasil, calificó la medida como “contraproducente para la economía global”, advirtiendo que la desglobalización perjudica el comercio internacional.
Aunque Haddad aseguró que la decisión no está dirigida exclusivamente contra Brasil, su impacto afectará a múltiples naciones. Según datos recientes, casi la mitad del acero exportado por Brasil en 2024 tuvo como destino Estados Unidos, mientras que el aluminio representó el 17 % del total.
El Ministerio de Industria de Brasil está recopilando información sobre las repercusiones económicas de esta política comercial, con el objetivo de presentarlas al presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La semana pasada, Lula advirtió que, en caso de aplicarse estas tarifas, Brasil respondería con medidas de reciprocidad, aunque dejó claro que su gobierno busca evitar conflictos.
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Históricamente, Brasil ya enfrentó restricciones similares durante el primer mandato de Trump, cuando se impuso un gravamen del 25 % al acero importado. No obstante, mediante negociaciones, el país logró establecer una cuota de exportación que alivió el impacto de la medida. Ahora, el Instituto Acero Brasil aboga por retomar el diálogo con Washington para mitigar los efectos de estas nuevas tarifas.
A pesar de la incertidumbre que generan estas posibles sanciones comerciales, los mercados no reaccionaron negativamente. Las acciones de dos importantes siderúrgicas brasileñas, Usiminas y Gerdau, cerraron el martes con alzas del 3.5 % y 0.9 %, respectivamente, en la bolsa de São Paulo.