Alaska. La comunidad de Nome, Alaska, está de luto tras el trágico accidente de una avioneta de la aerolínea Bering Air, ocurrido este jueves 6 de febrero. El siniestro dejó 10 víctimas fatales, incluyendo al piloto, y ha generado conmoción en la región, donde se han realizado vigilias en honor a los fallecidos.
La aeronave, un Cessna Caravan monomotor turbohélice, despegó de Unalakleet a las 2:37 p. m. con destino a Nome. Sin embargo, a las 3:18 p. m., experimentó una abrupta pérdida de altitud y velocidad antes de desaparecer del radar. A pesar de ello, la Guardia Costera no recibió señales de emergencia.
El viernes, un helicóptero de rescate localizó los restos de la avioneta sobre el hielo marino, a unos 48 kilómetros al sureste de Nome y 19 kilómetros mar adentro. Equipos de rescate descendieron al lugar para inspeccionar la escena, mientras que patrullas terrestres en motonieves buscaron más indicios en la costa y zonas cercanas.
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Las condiciones meteorológicas en el momento del accidente eran adversas, con nieve ligera, niebla y temperaturas de -8.3°C, lo que pudo haber influido en la tragedia. Las investigaciones continúan para esclarecer las causas exactas del siniestro.
Este es el tercer accidente aéreo en Estados Unidos en solo ocho días. El 29 de enero, un choque entre un avión comercial y un helicóptero militar cerca de Washington D.C. dejó 67 muertos. Luego, el 31 de enero, una aeronave de transporte médico se estrelló en Filadelfia, causando siete víctimas fatales.
En Alaska, donde muchas comunidades dependen del transporte aéreo por la falta de carreteras, la seguridad es una prioridad.