Guasave, Sinaloa.- Una fotografía a la izquierda como su convicción enmarcaba la escena de un luchador social, de un transformador y de un idealista. Crescencio Flores Contreras, un incansable luchador, cuyo compromiso con la democracia y la justicia marcó un antes y un después en la historia política de nuestro estado y del país.
Flores de color blanco, amarillo y una que otra naranja con bandas dedicadas acompañaban el féretro con sus restos. Un verdadero emblema de compromiso y visión. Su figura supo asimilar el contexto y la historia de nuestro país, particularmente la de Sinaloa, para contribuir incansablemente a la construcción de un estado basado en los principios de justicia social y democracia. Su pasión por el trabajo parlamentario lo convirtió en un actor indispensable en las batallas y luchas que, durante varias legislaturas, buscaban materializar cambios significativos para la sociedad sinaloense.
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Entre sus múltiples aportaciones, destaca de manera especial su inquebrantable compromiso con la creación de los dos nuevos municipios de nuestro estado: Juan José Ríos y Eldorado, aseguró la diputada Graciela Domínguez Nava, con quien últimamente trabajó en el Congreso del Estado.
Esta lucha constante a lo largo de diferentes períodos legislativos fue reconocida no solo por quienes residían en las zonas beneficiadas, sino también por sus colegas y compañeros, quienes siempre vieron en Crescencio a un hombre tenaz y comprometido.
Su legado se encuentra plasmado en el diario registro de los asuntos trascendentes abordados en el Congreso de Sinaloa, donde fue uno de los primeros en documentar y dar seguimiento a los temas de mayor relevancia para la transformación del estado.
En lo particular, quienes tuvieron el privilegio de compartir su trayectoria lo recuerdan como un incansable colaborador y asesor. Durante su paso por la Cámara de Diputados, Crescencio se desempeñó como asesor en distintas comisiones, la última, la Comisión de Anticorrupción y Transparencia, trabajando en equipo con destacados parlamentarios comprometidos con la regeneración política y la lucha contra la corrupción. La diputada Graciela Domínguez Nava, con quien compartió numerosas batallas, expresó:
“Lamentamos profundamente su pérdida, pues no solo era un buen ser humano, sino también un pilar en la construcción de la transformación que nuestro país necesita. Su firmeza en las convicciones y lealtad al movimiento serán recordadas y su legado continuará guiándonos en el camino hacia un Sinaloa más justo y democrático”.
Crescencio compartió ideales de izquierda y celebró junto a sus amigos y compañeros de lucha el triunfo logrado en las urnas, un triunfo que evidenció el empoderamiento popular y la confianza depositada en aquellos que, como él, dedicaron su vida al servicio público.
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Su mente brillante y la solidez de sus convicciones se hicieron palpables en cada intervención y en cada proyecto legislativo en el que participó. Estas cualidades le permitieron no solo enfrentar los desafíos del entorno político, sino también dejar una huella imborrable en la historia de nuestra casa de leyes.
El homenaje a Crescencio Flores Contreras se vio plasmado de manera emotiva en su funeral. Su fotografía sonriente, enmarcada por decenas de arreglos florales, se convirtió en símbolo del cariño y el reconocimiento de sus compañeros de lucha. Las cintas que adornaban el lugar llevaban mensajes emblemáticos: “Congreso del Estado”, “Graciela Domínguez”, además de las firmas de otros líderes como Imelda Castro, Feliciano Castro y Cecilia Ramírez, entre muchos otros. Estos mensajes evidenciaban el profundo impacto que tuvo en el ámbito político y en la vida de quienes lo acompañaron, resaltando la trascendencia de su labor.
Crescencio Flores Contreras dejó, sin duda, un legado que trasciende el tiempo. Su entrega y compromiso por construir un Sinaloa con oportunidades, justicia y equidad son la base sobre la cual se erigen las futuras transformaciones de nuestra sociedad. Hoy, su memoria y sus aportaciones siguen siendo un faro de inspiración para quienes continúan la lucha en pro de un estado y un país donde prime la transparencia, la honestidad y el respeto por los derechos de todos.
El legado de Crescencio perdurará en cada esfuerzo por la regeneración política y en cada acción encaminada a garantizar que la justicia social y la democracia sean una realidad palpable. Así, su ejemplo y su obra invitan a las nuevas generaciones a seguir construyendo un futuro en el que el compromiso con el bien común y el respeto por la historia sean los cimientos de una transformación profunda y duradera.