El Salvador.- Dice el dicho que la necesidad es la madre de la invención y también se dice que un padre es capaz de hacer lo que sea por sus hijos; ambas aseveraciones resultan totalmente ciertas al conocer el caso que recientemente se volvió viral tras darse a conocer la historia de un carpintero salvadoreño que tomó las medidas necesarias para proteger a su hija.
William López, maestro experto en trabajar la madera, tomó la iniciativa ante el inminente regreso a clases presenciales en su país; diseñó y fabricó un singular pupitre de madera personalizado con la finalidad de proteger a su pequeña de seis años de posibles contagios de COVID-19.
El ahora famoso carpintero ha comentado que el proceso de fabricación de este pupitre es de alrededor de siete horas, está elaborado con madera de conacaste y tiene incorporado un cristal de tres milímetros de espesor, con el fin de aislar a quien se siente en dicho lugar. En cuanto al precio de fabricación, este peculiar escritorio está alrededor de 115 dólares, más de la mitad del costo de un pupitre común con protecciones de acrílico (que es lo que se está usando en algunas escuelas del mundo).
Al respecto, William ha comentado que sería buena idea implementar la construcción de estos pupitres a nivel nacional, ya que sería muy ordenado que todos los estudiantes estuvieran en su cubículo recibiendo sus clases.
De momento el peculiar pupitre se encuentra en uno de los salones de la escuela pública del cantón San José Cortés, Ciudad Delgado, donde Alison, la hija de este ingenioso carpintero, cursa el nivel básico desde el pasado 6 de abril, cuando los estudiantes de las escuelas de El Salvador volvieron de forma semipresencial a las aulas, aunque los padres de familia tienen la opción de mandarles o no a los salones.