Irán. La activista Narges Mohammadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2023, ha sido condenada a seis meses adicionales de prisión por protestar contra la ejecución de una prisionera política en Irán. Esta reciente sentencia, impuesta el 19 de octubre, se suma a los 30 meses que ya está cumpliendo en la prisión de Evin, donde se le acusa de “desobediencia y resistencia a las órdenes” por su acto de protesta en agosto.
Mohammadi, nacida en 1972 en Zanjan, ha sido una figura destacada en la lucha por los derechos humanos durante más de 20 años. Su compromiso con causas como la abolición de la pena de muerte y la denuncia de la tortura ha costado su libertad en múltiples ocasiones, llevándola a la infame cárcel de Evin. Desde joven, se unió al Centro para los Defensores de los Derechos Humanos, fundado por la también Premio Nobel Shirin Ebadi.
El reciente reconocimiento internacional no ha traído consigo un alivio; al contrario, ha intensificado la represión en su contra. El Nobel de la Paz, que la convierte en la segunda mujer iraní en recibir este honor, fue otorgado por su valiente defensa de los derechos de las mujeres y su lucha contra la opresión en su país. Sin embargo, las autoridades iraníes han respondido con más hostigamiento.
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La Coalición para la Liberación de Narges ha alertado sobre el deterioro de su salud, destacando que padece una enfermedad cardíaca y no recibe la atención médica necesaria, lo que ha suscitado preocupaciones globales. Activistas y organizaciones de derechos humanos han calificado esta privación de atención como una forma de “tortura silenciosa”.
En las redes sociales, el hashtag #FreeNarges ha ganado popularidad, reflejando el creciente apoyo hacia la activista. Más de 70 activistas dentro de Irán han firmado un comunicado advirtiendo sobre el riesgo de que su situación termine en una “muerte a silencio”. La comunidad internacional continúa monitoreando su caso, que se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos humanos en Irán.