Estados Unidos. El mes de diciembre de 2024 ha sido un mes trágico para la aviación mundial, con varios accidentes aéreos que han dejado un saldo mortal, con heridos y una creciente preocupación sobre la seguridad aérea. Desde accidentes fatales en Asia y Europa hasta fallos técnicos en vuelos comerciales, estos sucesos han puesto en evidencia los riesgos que aún persisten en la aviación, tanto comercial como privada.
Uno de los incidentes más devastadores ocurrió este 29 de diciembre, cuando un Boeing 737-800 de la aerolínea surcoreana Jeju Air, operando el vuelo 7C2216, se estrelló durante un intento de aterrizaje en el aeropuerto de Muan, en Corea del Sur.
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La aeronave había despegado horas antes desde Bangkok, Tailandia, pero tras un primer intento fallido de aterrizaje, el avión sufrió problemas técnicos. En el segundo intento, el avión no logró aterrizar correctamente, se salió de la pista, chocó contra un muro y explotó.
El saldo fue de 179 muertos y solo dos sobrevivientes. Las autoridades surcoreanas ya han iniciado una exhaustiva investigación sobre las causas del siniestro.
En otro rincón del mundo, el 25 de diciembre, un avión de Azerbaijan Airlines se estrelló en Kazajistán, lo que resultó en la muerte de 38 personas. El vuelo Bakú-Grozni J2-8243, operado por un Embraer 190, fue derribado por misiles rusos, según informó la aerolínea.
Las autoridades azerbaiyanas revelaron que los pilotos intentaron aterrizar en aeropuertos rusos, pero no se les permitió hacerlo, y fueron desviados hacia Kazajistán. Este incidente no solo causó una gran tragedia humana, sino que también afectó las relaciones internacionales, lo que llevó a Azerbaijan Airlines a suspender vuelos hacia varias ciudades rusas mientras se investiga el ataque.
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Un incidente que también causó alarma ocurrió el 22 de diciembre en Jalisco, México, cuando una avioneta Cessna 207 se desplomó en una zona boscosa de difícil acceso en el municipio de Quitupan. La aeronave, que transportaba a siete personas, incluidos dos mujeres y cinco hombres, sufrió un fatal accidente que terminó con la vida de todos los ocupantes.
El difícil acceso a la zona retrasó las labores de rescate, pero finalmente se recuperaron los cuerpos. Este accidente reavivó el debate sobre la seguridad de la aviación general, especialmente en áreas remotas.
El 28 de diciembre, un incidente de menor gravedad, pero igualmente preocupante, ocurrió en el vuelo 2220 de la aerolínea Viva Aerobús. El vuelo, que cubría la ruta Cancún-Ciudad Juárez, sufrió una despresurización de la cabina mientras sobrevolaba el Golfo de México.
Afortunadamente, la tripulación siguió los protocolos de emergencia y aterrizó de manera exitosa en el Aeropuerto Internacional de Monterrey. Aunque la situación no resultó grave, la rápida actuación de la tripulación y la efectividad de los protocolos de seguridad fueron cruciales para evitar una tragedia.
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Por último, el 28 de diciembre, un vuelo de Air Canada Express experimentó un problema con el tren de aterrizaje tras llegar al Aeropuerto Internacional Stanfield en Halifax, Canadá. Aunque el incidente causó retrasos en las operaciones del aeropuerto, no hubo víctimas fatales, aunque algunos pasajeros reportaron lesiones menores. Este incidente pone de relieve la importancia de los protocolos de seguridad y la preparación ante situaciones imprevistas.
