Internacional.- No cabe duda que una de las mayores plagas para el medio ambiente, es el ser humano, el cambio climático y la extinción de las especies van de la mano respecto al nivel de contaminación y lo voraces que podemos llegar a ser como especie.
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La contaminación por plásticos es uno de los grandes problemas medioambientales de nuestra era, muchos estudios muestran cómo, aunque no podamos verlos, los microplásticos se encuentran presentes prácticamente en todas partes, incluso donde los humanos no logran llegar, pero sus contaminantes si lo hacen. Se estima que para 2050 habrá más plástico que peces en nuestros mares.
En un estudio publicado en la revista Science of the Total Environment, se dan a conocer los efectos que estas partículas tienen en nuestro planeta, y maneras efectivas para controlar la contaminación por plásticos y partículas generadas por los seres humanos en el continente antártico.
De acuerdo a Andrés Barbosa, científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (MNCN-CSIC), autor del estudio, los microplásticos llegan a los mares y océanos principalmente por la basura y es sumamente preocupante que, aunque la Antártida cuenta con muy baja presencia humana, se encuentren microplásticos en la fauna del continente.
“Dada la baja presencia humana en el océano antártico y en la Antártida, cabría esperar una baja contaminación por microplásticos en estas áreas. Sin embargo, las estaciones de investigación, los barcos pesqueros y turísticos y las corrientes marinas hacen que estas partículas lleguen a estos hábitats, pudiendo provocar una alta concentración a nivel local”, dijo.
Para el estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de científicos, se analizaron las heces de tres especies de pingüinos: el pingüino de Adelia (Pygoscelis adeliae), el barbijo (Pygoscelis antarcticus) y el papúa (Pygoscelis papua); se utilizaron estos animales pues, además de ser muy conocidos y estudiados, representan buenos indicadores de la salud del ecosistema en el que habitan.
“Se encontraron microplásticos en un 15, 28 y 29% de las muestras, respectivamente, en las tres especies estudiadas”, señala Joana Fragão, investigadora de la Universidad de Coímbra e investigadora del estudio.
Sobre el descubrimiento, resulta alarmante que la contaminación de los mares haya alcanzado niveles tales que incluso en océanos con poca afluencia de humanos, las especies que habitan en él, como en el caso de estos pingüinos que se alimentan principalmente de Krill antártico, se pueda encontrar microplásticos.
“Es necesario seguir estudiando en esta línea para comprender mejor la dinámica de estas sustancias y sus efectos en estos ecosistemas para guiar nuevas políticas de gestión en el continente antártico”, concluye la publicación.
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