Al momento

Entretenimiento

Sigue vigente legado de Gabriel Figueroa, a 16 años de su muerte

Para el cinefotógrafo, cada imagen escondía una tensión y fascinación, indiferencia e inocencia, una realidad que se prolongó hasta el infinito; creyó en las sombras y escuchó el grito de la naturaleza desde el silencio de su lente.

Línea Directa | La información al momento
La información al momento | Línea Directa

Ciudad de México.- A 16 años de su muerte, sigue vigente el legado del reconocido
cinefotógrafo mexicano Gabriel Figueroa, considerado paisajista del
Séptimo Arte nacional, cuyo trabajo puede apreciarse en 211 películas.Hace
un par de días, el portal de Google México le dedicó un “doodle” al
también director de fotografía por el 106 aniversario de su nacimiento,
reconocido por filmes como “Bugambilia”, “Enamorada”, “Los olvidados”,
“Nazarín” y “Pueblerina”, entre otros.Para el
cinefotógrafo, cada imagen escondía una tensión y fascinación,
indiferencia e inocencia, una realidad que se prolongó hasta el
infinito; creyó en las sombras y escuchó el grito de la naturaleza desde
el silencio de su lente.Gabriel Figueroa nació el 26 de
abril de 1908 en la Ciudad de México, en el seno de una familia
acomodada venida a menos. Su madre falleció en el momento que él nació y
su padre, incapaz de sobreponerse a esta pérdida, terminó por
abandonarlo junto con su hermano Roberto, con unas tías.Estudió
pintura en la Academia de San Carlos y a los 16 años descubrió la
fotografía gracias al retratista José Guadalupe Velasco. Tiempo después
se hizo amigo de los fotógrafos Gilberto y Raúl Martínez Solares,
quienes como él se dedicaron al cine.Su ingreso al Séptimo
Arte se produjo en 1932, como fotógrafo de tomas fijas. Un año más
tarde fue uno de los 20 camarógrafos contratados para la filmación de
“¡Viva Villa!”, de Howard Hawks.Tras algunos trabajos como
iluminador, Figueroa recibió una beca para estudiar en Estados Unidos.
Ahí conoció a Gregg Toland, uno de los mejores fotógrafos de cine de
todos los tiempos, quien le enseñó su particular estilo de iluminación.Su
primera película como fotógrafo fue “Allá en el Rancho Grande” (1936),
de Fernando de Fuentes, con la que obtuvo por primera ocasión un premio
internacional, en el Festival de Venecia.Además de las
cintas que filmó junto a Emilio “El Indio” Fernández, dos de sus
trabajos más memorables fueron “Los olvidados” (1950), de Luis Buñuel, y
“La noche de la iguana” (1964), de John Huston.Las
herramientas visuales en los procesos de creación no fueron suficientes,
por lo que se convirtió en inventor, a partir de realizaciones
plásticas y experimentos de física pudo regalarle al cine nuevas
fórmulas de composición de cuadro.Partió de los maestros
renacentistas para desarrollar filtros, y sus afanes clasistas y su
perfeccionamiento técnico lograron la intensidad de las temporales
imágenes que el público conoce.En su trabajo destacan los
claroscuros, nuevas perspectivas, la composición de espacios abiertos en
los que celebró a la naturaleza como personaje principal.Gabriel
Figueroa, quien murió el 27 de abril de 1997, siempre demostró
fascinación por lo que veía, y con entusiasmo y entrega mostró cómo
miraba un hombre libre y virtuoso de personalidad alegre.Aprovechó
los escorzos de David Alfaro Siqueiros para dar fuerza a las imágenes,
los cielos de México resultaron de la perspectiva curvilínea del Dr. Atl
y recreó escenas y atmósferas de grandes artistas de la plástica como
José Clemente Orozco, Diego Rivera, José Guadalupe Posada y Leopoldo
Méndez.En seis décadas de actividad ganó 50 premios, entre
ellos el Nacional de las Artes, tiempo en el que incorporó nuevas
imágenes a la historia de este país. Según sus biógrafos, su quehacer
fue otra ventana para la percepción de la belleza y la pasión. TJ

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

Liz Douret

Ver más

Al momento

Suscríbete a nuestro boletín

Para tener la información al momento, suscríbete a nuestro boletín en el tendrás las últimas noticias de Sinaloa, México y el mundo.