México.- El cantautor Pepe Aguilar agradeció
a las máximas autoridades de la cultura en México, y en especial al
Palacio de Bellas Artes, el tributo póstumo que ofrecieron esta noche en
memoria a su padre, Antonio Aguilar.
A cinco años de su fallecimiento, don Antonio por fin fue recordado como
se lo merecía, con la interpretación de los temas musicales que más
amaba y las canciones bravías que siempre lo identificaron con el
pueblo, ahora a través de una de las mejores voces del bel canto
mexicano, como la del tenor Fernando de la Mora.
El concierto-tributo dio inicio en punto de las 19:30 horas con
invitados especiales como doña Flor Silvestre, pareja inseparable de don
Antonio, y su hijo Pepe, quienes ocuparon el balcón presidencial.
Con la Sala Principal casi llena, el telón antifuego único en el mundo
dentro de un recinto de ópera y un peso de 24 toneladas se elevó para
dar paso a la vista de la pantalla de gran formato, en la que se
proyectó el video-semblanza de Antonio Aguilar, elaborado por su
productor de cabecera, Mario Hernández.
En el video el cantante Vicente Fernández mencionó que el desaparecido
ídolo de la canción vernácula fue uno de los que abrieron las puertas de
la internacionalización a este género musical y a los cantantes de la
nueva generación.
La proyección arrancó el grito de uno de los presentes en la sala, “Viva
Antonio Aguilar” , excalamación que el tenor Fernando de la Mora apoyó
con un “Sí señor” , para luego interpretar en la primera mitad del
recital los temas que más amó Antonio Aguilar, como Peregrina y Cenizas .
A diferencia de la rigidez con que se escucha una pieza de ópera,
Fernando de la Mora rompió las formas al invitar al público a que
coreara el tema Cuando ya no me quieras , por lo que el recital mostró lo popular que fue la figura de Antonio Aguilar a través de la música.
Magistralmente el tenor ejecutó canciones como Granada , Nosotros , Dos almas y Júrame
, letras de Agustín Lara, Pedro Junco, don Fabián y María Grever,
inundando de nostalgia el ambiente en el teatro de las Bellas Artes y
arrancando las lágrimas de doña Flor Silvestre, al recordar a su gran
compañero de vida que dejó de existir en 2007.
El Ensamble Sinfónico, bajo la dirección de Ángel Rodríguez, que
acompañó a Fernando de la Mora en la primera mitad del concierto, fue
sustituido en la segunda parte por el mariachi Gama100, que salió con
elegante traje de luces en color gris, sin embargo el tenor prefirió la
solemnidad de un smoking en color hueso, en un claro contraste.
El sonido del mariachi invitó a todos los presentes a corear los temas
más bravíos que don Antonio Aguilar cantara en vida, por lo que el
público coreó todas y cada una de las letras, acompañando con ello al
tenor Fernando de la Mora.
Temas como Ánimas que no amanezca y Fallaste corazón dieron la bienvenida al primer popurrí de canciones como Gabino Barreda , Lucio Vázquez , Juan charrasqueado , El hijo desobediente , Juan Colorado y La tumba abandonada .
El concierto popular retumbó en sus paredes e inundó el ambiente de la
Sala Principal, con las emociones vernáculas a través de las notas del
mariachi y la interpretación del tenor de letras como Cama de piedra y Mi gusto es .
Luego dio paso el segundo popurrí, quizá el que más definió a Antonio Aguilar, con temas como Caballo prieto azabache , El cantador , Caballo Alazán lucero , Moro de cumpas , El siete leguas y Mi amigo el tordillo , canciones que arrancaron no sólo el coro del respetable, sino también los gritos y silvidos típicos del género.
A su llegada al Palacio de las Bellas Artes, Pepe
Aguilar agradeció a las autoridades culturales del país el gesto de
homenajear a su padre y sobre todo la muestra de que su padre sigue
vigente en el corazón de los mexicanos a través de sus canciones.
“Mi padre se fue físicamente, pero musicalmente hablando, aquí está, y
me siento orgulloso de su legado y de su trayectoria” , mencionó.
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