Londres.- La cantante británica Amy
Winehouse, fallecida hace casi un año, ya era una niña difícil. Así lo
cuenta su padre, Mitch, en la biografía “Amy, My Daughter”, que sale a
la venta en Estados Unidos.
“Amy aprendió a andar en su primer cumpleaños, y desde entonces se
volvió un poco difícil”, escribe el ex taxista Mitch Winehouse en el
libro escrito con la ayuda de un “autor fantasma”.
A los tres años, la cantante de “Rehab” y “Back to Black” sólo quería
ponerse ropa de color rosa. Y nunca consiguió sentarse derecha. Cuando a
los 12 años entró a una escuela de teatro, la regañaban
permanentemente.
Mitch Winehouse cita a la directora del colegio, Sylvia Young, que
califica a la niña de “espíritu salvaje”. Y al cambiar de escuela no
mejoró. “Amy llegó a una mediana madurez y dejó atrás a un puñado de
profesores enervados”, escribe su padre.
Los problemas con el alcohol llegaron ya en 2003, tras grabar su primer
álbum, “Frank”. Según el libro, ya entonces se sometió a su primera
desintoxicación. Para su padre, se debía en parte a la presión de los
conciertos. “Le gustaba cantar para vivir, pero actuar no era lo suyo.”
La otra parte de responsabilidad la achaca a su ex marido Blake
Fielder-Civil, con quien Winehouse se casó en 2007 y quien la introdujo
en el mundo de las drogas duras.
Los beneficios del libro irán destinados a la fundación Amy Winehouse,
creada tras el fallecimiento de la artista, el 23 de julio de 2011 a la
edad de 27 años por intoxicación por abuso de alcohol.ne