Ciudad de México.- No copió a nadie, lo suyo fue a puro dolor y por eso tampoco ella
tiene “sucesores”. El recuerdo de la impar Chavela Vargas inunda, suave y
constante, como la marea del Pacífico donde reposan parte de sus
cenizas, “su” México y “su” España, que la recuerdan “de a poquito” un
año después de su “segunda” muerte.
Chavela, que nació en Costa Rica, el 17 de abril de 1919, pero emigró
a México siendo una adolescente, contaba que ella, que se había bebido
hasta “la parte de los ángeles” -como se llama a lo que se evapora en la
destilación-, había muerto una vez, que estuvo “enterrada” 15 años, y
que se reencarnó en ella misma.
La “segunda” muerte, de la que “aún” no resucitó, fue el 5 de agosto
del año pasado, y le llegó tras un viaje en julio a España, que quiso
hacer para “recuperar su alma” y que la mantuvo varios días
hospitalizada por el esfuerzo, y el posterior viaje a México, donde ya
no pudo superar una bronconeumonía.
Se “la pasó” de parranda con sus “cuates” entre los 30 y los 50 años y
cuando su “hermano” el compositor José Alfredo Jiménez murió (1973)
decidió convertirse en una alcohólica que festeja cada día su
hundimiento.
De aquella primera muerte resucitó en 1991, en el bar del barrio
defeño de Coyoacán “El Hábito”, donde la “descubrió” un “güerito” -el
español Manuel Arroyo, fundador de la editorial Turner-, que no hacía
más que pedirle “Las ciudades”, de José Alfredo.
“Si los milagros existen, este es uno de ellos. Hay cantantes que se
retiran uno o dos años y cuando vuelven ya no pueden hacer nada. Yo me
retiré durante más de quince, volví y se me abrieron las puertas. ¡Con
72 años!”, relataba la cantante de “La llorona”.
Ahí, la gran Chavela asumió toda su experiencia y, ya sin el
estrépito del alcohol -“me tomé 45.000 litros de tequila y aún puedo
donar mi hígado”, presumía-, se convirtió en una máquina de emocionar a
quienes la habían conocido y a quienes jamás habían oído de ella.
La “chamana”, que eligió su “traje de cantar”, jorongo rojo y
pantalones, como homenaje a las rancheras, ese choque entre la persona y
la súplica del amor desorbitado, no dedicó en su vida ni un minuto a
los chismes o a la moral convencional.
Por eso, quizá habría muerto una tercera vez de haber sabido el
“culebrón” que se organizó con sus pretendida herencia una vez
fallecida.
Vargas había roto toda relación con la familia que tenía en Costa
Rica y levantado muros para que no la “alcanzaran” en México, sin
embargo, a su muerte, su sobrina -Gisela Ávila- reclamó sus restos y se
declaró heredera de su legado cuestionando las actuaciones de quien
había sido su mejor amiga y valedora en los últimos años, María Cortina.
La contienda por nada, porque nada tenía una artista que cuando
grababa un disco pedía el doble de lo que le ofrecían y se olvidaba del
resto, se resolvió en cuanto se abrió su último testamento, el que había
dictado en México, y en el que Cortina aparece como única heredera.
“No ha vuelto a aparecer nadie con reclamaciones. Presentaron un
escrito de reclamación y nunca más se supo. Así que el testamento es
firme”, asegura a Efe la amiga que se ocupó de ella en su último viaje a
España, la argentina Mariana Gyalui.
Gyalui y algunas de las amigas más cercanas en España, entre ellas
Martirio, Elena Benarroch y Laura García Lorca, brindaron en Madrid por
ella esta semana e hicieron un repaso de los homenajes que hay previstos
en su memoria.
Lo mejor de todo, dice Gyaliu, es que acaba de salir en México, en
soporte físico, el disco “La chamana”, 41 canciones interpretadas por
cantantes de España -Amaral y Miguel Poveda-, Chile, Colombia, Estados
Unidos, Cuba, República Dominicana, Portugal y México.
El día del aniversario, familiares y amigos de Vargas se reunirán en
el Lunario del Auditorio Nacional de Ciudad de México convocados por
Cortina al grito de “Chavela Vargas por siempre”.
En España, la bailaora y coreógrafa Cecilia Gómez estrenará en los
Teatros del Canal de Madrid, el 28 de agosto, “Cupaima”, el nombre
“chamán” de Vargas, un espectáculo flamenco dirigido por Luis Olmo que
recorre distintos pasajes de la vida de la cantante, que dio su “placet”
hace dos años a la idea.
Vargas dejó de andar “por los mundos” pocos minutos antes de la una
de la tarde del 5 de agosto en México y desde ese momento se reencarnó
en los muchos que ya por siempre la echarán de menos, como dice su
canción.NE
Las muertes de Chavela Vargas
Chavela, que nació en Costa Rica, el 17 de abril de 1919, pero emigró a México siendo una adolescente, contaba que ella, que se había bebido hasta "la parte de los ángeles".
Fuente: Internet