México.- Según investigaciones de Geoffrey Scarre, especialista de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, entre 80.000 y 100.000 personas fueron llevadas a juicio por brujería entre los años 1400 y 1750, lo que derivó en la muerte de miles y miles de mujeres, quienes durante siglos atemorizaron a la población debido a su presunta relación con estas prácticas oscuras.
La frenética búsqueda y captura de brujas tuvo mayor apogeo en Europa, durante el denominado “tiempo de las hogueras”, pues en ese momento católicos y protestantes se embarcaron por igual en una cacería donde los vecinos se denunciaban unos a otros, se generalizaba la tortura como medio de investigación y se daban por válidas las acusaciones hechas incluso por niños.
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Muchas víctimas eran mujeres mayores de 40 años, residentes en el medio rural, solitarias y consideradas conflictivas, mientras que otras cuantas eran comadronas o sabían de brebajes medicinales, lo que hacía que se levantaran sospechas a su alrededor.
Hasta el momento no hay certezas sobre el número exacto de asesinatos perpetuados durante este periodo de la historia, ya que las actas y registros oficiales se han perdido convenientemente, e incluso en algunos países nunca llevaron un registro formal.
No obstante, a partir de los pocos documentos que se conservan sobre el tema, se estima que alrededor de 40 mil mujeres fueron asesinadas en el periodo entre el siglo XVI y el XVII. Algunas referencias sugieren incluso que la cifra se elevó hasta las 60 mil víctimas, cuyas vidas terminaron a manos de la Inquisición en su afán de erradicar a los “seres impuros” del mundo.
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Finalmente, sobre el denominado “crimen de brujería” este consistía en una supuesta práctica de magia dañina y el uso de poderes sobrenaturales otorgados por fuerzas oscuras, los cuales servían para dañar a vecinos, hacer infértiles a hombres, o traer desgracias a toda la comunidad. Además, se creía que las brujas se reunían en asambleas, llamadas aquelarre o Sabbat, a las que solían ir volando en palos de escoba o lomos de animales, para adorar al diablo, bailar desnudas, sacrificar niños y tener relaciones sexuales con otras brujas y los demonios.