Monterrey, N.L.- La ciudad regia arde, por el calor que imprime la cercanía del clásico
regional número 96, el encuentro que divide en dos a todos los
habitantes de la urbe del norte del país.
O eres de Tigres o eres de Rayados. No vale ninguna respuesta alterna, quien viva en Monterrey, debe de tener su favorito.
Y para esta edición, aparte del orgullo, que siempre está en juego, se
adhiere la necesidad de ambos equipos por sumar de a tres, porque la
calificación para ambos no está para nada segura.
Rayados es el que más cerca está, al acumular 21 puntos, que lo ponen
como séptimo lugar de la tabla; en tanto que los felinos, con apenas 17
unidades y el lugar 14 en la clasificación, ven de lejos la posibilidad
de meterse a las finales, pero cerca la gran oportunidad de meterle el
pie al acérrimo rival.
Por eso es clásico.
Lucas Lobos lo dijo: ?Nosotros vamos tras la clasificación, y si podemos echar a Rayados… pues también?.
La rivalidad va más allá de lo que suceda sólo en el partido, eso es claro.
Humbero Suazo minimizó las declaraciones del argentino: ?No voy a entrar
en ese juego. Lo que quiero es que Rayados salga con la mano en alto y
darle así mucha alegría a su gente?.
A pesar de eso, de la enemistad entre ambos clubes, también hay espacio para reflejar la amistad.
No es desconocido que Alberto Aguilar, entrenador de porteros de
Monterrey, es yerno de la leyenda viviente de los Tigres: Carlos Miloc.
Además de que Hiram Mier e Israel Jiménez son grandes amigos, amistad
que se unió más en el torneo olímpico de Londres, donde México consiguió
la medalla de oro, en el cual tomaron parte.
Sea lo que sea, en Monterrey habrá chispas.
WM