Mazatlán, Sinaloa. – El pasado 21 de noviembre de 2021 marcó la vida de Jesús Rodolfo Díaz Valdez, quien soñaba con algún día ver a las Águilas del América en el estadio El Encanto, gracias a su gran pasión que tiene por el futbol.
La imprudencia de un motociclista que circulaba en sentido contrario mientras él trabaja como repartidor de tortillas por las calles de la colonia Flores Magón, lo tiene atado a una cama por casi tres años.
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“Una moto en sentido contrario se me atravesó, no la vi y me rebanó el pie completo. Fue un domingo a las 11 de la mañana, aquí sigo echándole ganas. Ahora me siento muy bien que antes. Tenía muchos amigos y ya no están”, dijo.
“Voy a salir adelante porque tengo fe, con la fe de Dios todo se puede. Yo quisiera volver a caminar, pero mi operación sale muy cara”, agregó Rodolfo, quien para operarse requiere cubrir una cantidad de 120 mil pesos.
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Amante de los deportes, fiel a sus Águilas del América que puede observar a través de su televisor, en su pequeño hogar que marca el número 3420 de la calle Sonora de la colonia 20 de Noviembre, Díaz Valdez trata de salir adelante y mantiene intacta la ilusión de pisar el coloso mazatleco para observar un partido del equipo de sus amores.
“Dios tiene algo bueno para mí, yo sé. Espero un día ir a conocer el estadio El Encanto y ver al América, es mi equipo favorito”, comentó Díaz Valdez, quien mantiene abierta la puerta de su hogar, ya que se dedica a la venta de dulces, los cuales tiene en una mesa de plástico y con un anuncio pegado en la pared con el título “Detallitos Rodolfo”.
“En un segundo te cambia la vida, la neta, Vendo dulcesitos, trato de echarle ganas, no puedo moverme mucho y aquí sigo echándole ganas”
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Rodolfo tiene 33 años, vive con su mamá y un par de mascotas, quienes son su compañía. El próximo 4 de diciembre cumplirá años y no quiere pasarlo desapercibido ya que un pastel no va a faltar en su casa.
“El próximo 4 de diciembre es mi cumpleaños, me voy a cumplir un ‘pastelito’, no me puedo dar para abajo solo”, comentó.
Quiere salir adelante con el apoyo de la sociedad mazatleca, lucha por vender sus dulces y los accesorios que vende, no le gusta pedir ayuda monetaria, solo que le compren sus “cositas”.
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“Yo no pido ayuda monetaria, quiero que me ayuden con tener dulces, peluches. Uno dos o tres pesitos de todo corazón, que me compren dulces más que nada”.
“En toda la semana no he vendido nada, pero tengo fe de que alguna persona que pase me compre dulces, hace rato me compraron 22 pesos. Mis vecinos me han apoyado y ayudado mucho”, finalizó.