México.– Desde el inicio de la temporada de ciclones y huracanes 2023 se pronostico que para el océano Pacífico esta sería más activa que la del año pasado, incluso, que superaría al Atlántico, sin embargo, todo ha sido al revés.
Da seguimiento a la temporada de ciclnes y huracanes en la sección especial de Línea Directa
Mientras que la cuenca del Atlántico ya ha registrado un total de 15 sistemas de los 10 a 16 pronosticados, el Pacífico aún no alcanza el mínimo previsto de 16 y todavía está muy lejos del máximo de 22.
Con 11 fenómenos que asumieron nombre, la mayoría de un nivel superior como huracanes categorías tres, cuatro y cinco, al Pacífico la temporada dominada por el fenómeno de El Niño le ha quedado a deber y las cosas podrían ponerse peor, e incluso suponer que el fin para esta cuenca se anticipará.
El motivo es que la zona de convergencia intertropical bajó su posición y esto inhibe la generación de sistemas tropicales que puedan ser significativos para las costas mexicanas. Los últimos registrados han tomado hacia aguas profundas y en el horizonte no se observa alguna próxima que imprima fuerza para recorrer el litoral.
Durante la reunión semanal del comité de operaciones hidrometeorológicas que encabeza la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y en la que también participa el Servicio Meteorológico Nacional, la coordinadora de este organismo, Alejandra Margaríta Méndez Girón, resaltó lo anormal que ha sido la presente temporada, pero no por la cantidad de sistemas, sino por la falta de impacto o efectos lluviosos.
A dos meses del fin de la temporada de ciclones y huracanes 2023, y respecto a la posibilidad de activación de más sistemas tropicales durante el mes de octubre, Méndez Girón resaltó que sí existen pero no indicó cuántos o de qué intensidad.
Pronóstico de sistemas tropicales temporada 2023. Foto: Conagua-SMN
“Existe posibilidad que afecten durante octubre, el promedio de impactos son 5.4 cada año y es una estadística de 50 años, sin embargo, esta temporada ha sido baja en cuanto al impacto de ciclones tropicales, solo dos; el año pasado fueron ocho y dos sistemas más metieron humedad por estar cerca de la costa, en el 2021 también fueron ocho impactos, pero este ha sido anormal en cuanto no a la generación de ciclones, sino al impacto”.
Gran parte de estos cambios en la temporada han sido responsabilidad del fenómeno de El Niño con el sobrecalientamiento del agua del mar, y que hizo que el Atlántico hasta el momento tenga la mayor cantidad de registros ciclónicos, aunque también un solo impacto con el ciclón Harold.
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Pero todavía hay posibilidades de que algún ciclón o huracán se presenten en el Pacífico, y esta la representan los meses de octubre y noviembre, los últimos de la temporada 2023. Recordemos que el periodo terminará el 31 de noviembre, destacó la coordinadora del SMN.
“La temporada termina el 30 de noviembre, todavía quedan dos meses para la generación de ciclones tropicales, la probabilidad de impacto es más sobre el Atlántico, en el lado del Pacífico no se descarta, pero que la zona de convergencia bajara por los 10 grados de latitud, disminuye las probabilidades”.
Ubicación de la zona de baja presión con potencial ciclónico en el océano Pacífico. Foto: NHC
Por lo pronto, el Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés), indica la vigilancia a una onda tropical que produce una zona de chubascos y tormentas eléctricas al suroeste del extremo sur de la península de Baja California, que aumentó al 30 por ciento su potencial para desarrollo ciclónico tanto a 48 horas como a siete días.
Es posible cierto desarrollo de este sistema a lo largo de los próximos días mientras se mueve generalmente hacia el oeste a aproximadamente 15 mph. Para este fin de semana se pronostica que los vientos en los niveles superiores se volverán desfavorable para un mayor desarrollo antes de que el sistema entre en la cuenca del Pacífico Central.
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El sistema se irá de paso y las costas mexicanas del Pacífico no tienen alertas ni por impacto, ni por efectos, ni por nada que impulse la tan necesaria humedad que genere lluvias que ayuden a mitigar la sequía.
