¿Ya lo conoces? Copala, un pueblo con 458 años lleno de historias y leyendas

Concordia, Sin.- El pueblo señorial de Copala, Concordia, es una comunidad llena de historias y leyendas. Ubicado a 23 kilómetros de la cabecera municipal de Concordia y a 71 kilómetros de Mazatlán, fue uno de las más importantes a la llegada de los españoles por las minas que ahí se abrieron y de las que todavía se extraen minerales como oro y plata.

Fue fundada en 1565 por Francisco de Ibarra y en ella vivió el Marqués de Pánuco, quien en retribución por los tesoros llevados al viejo continente, inició la construcción de esta iglesia de estilo barroco, que fue concluida en 1740 y está dedicada a San José.

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La construcción puede admirarse desde todos los puntos cardinales de la comunidad, por su ubicación geográfica; posee varias leyendas que de generación en generación se han ido transmitiendo. Una de ellas es la del soldadito español, que nos la compartió Emmanuel Alejandro Rodríguez Macías, director de Comunicación Social del ayuntamiento de Concordia.

“Es la iglesia de Copala, dedicada a San José, de estilo barroco, única y muy bien conservada. Una de las leyendas principales es la del soldadito escupidor. Queda en dirección justo de la puerta, que es el que vigila la entrada. Dice la leyenda que cuando ustedes van a entrar a la iglesia y no son de un corazón puro, no son buenas personas, el soldadito los descubre, escupiéndolos”.

Dentro de la iglesia se encuentra el primer museo sacro que se fundó en Sinaloa y que exhibe coronas de oro y plata, bastones y capas de antiguos sacerdotes y prominentes españoles.

El altar cubierto en chapa de oro de 24 kilates es otro de sus atractivos, así como la leyenda del Diablo, basada en una piedra de cantera tallada que se ubica en uno de las paredes externas de uno de sus costados y que tiene una imagen de diablo.

Se dice que quienes se paran frente a ella, desde la banqueta tienen tres oportunidades para pegarle con una piedra; si le pegan se les concede un deseo, pero si fallan una, deben confesarse de inmediato con el padre o el Diablo vendrá por ellos.

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Otra historia que sus pobladores cuentan es que en Copala vivieron los abuelos del expresidente de México José López Portillo, de lo que da cuenta una placa colocada en la fachada de la vivienda o la de los amantes que murieron bajo el odio del marido engañado.

Por cierto, en el caso del soldadito escupidor, la realidad es que deja caer agua porque después de una lluvia, la cantera la absorbe y posteriormente sí caen gotitas, pero no porque la figura militar descubra a alguna persona que no tiene el corazón puro.