Guasave, Sinaloa. – Detrás de la ferviente recepción que ha tenido la reliquia de San Judas Tadeo en cada ciudad de México, existe otra historia de devoción y esfuerzo. Alison, una joven vendedora, lleva ocho meses siguiendo el recorrido del santo patrono de las causas difíciles, ofreciendo imágenes, estampas y suvenires a los fieles que buscan llevarse un recuerdo de esta visita histórica.
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Todo comenzó el 29 de julio de 2024, cuando la reliquia de primer grado, un fragmento del hueso del brazo de San Judas Tadeo llegó a México desde Roma. Fue entonces cuando Alison, junto con algunos familiares, decidió unirse a la peregrinación que recorrería gran parte del país. Desde entonces, ha pasado por incontables ciudades, llevando consigo no solo mercancía, también una profunda conexión espiritual.
Peregrinación de la reliquia de San Judas Tadeo en Guasave
Este 29 de marzo, en Guasave, la joven cumplió sus ocho meses en la travesía. Con el cabello cayendo sobre su rostro, buscando protegerse del inclemente sol, y con el sudor resbalando por su piel, recorrió las calles de Guasave cargada de imágenes religiosas. Su rostro refleja el cansancio acumulado, pero también la determinación de continuar acompañando al santo en su camino.
“Vendo estampitas a 10 y 15 pesos. Es una forma de sustento para nosotros, pero también una oportunidad para que la gente tenga un pedacito de San Judas en casa”, cuenta Alison. Para ella, cada venta es también un intercambio de historias y emociones con los devotos, quienes comparten sus plegarias y agradecimientos al santo patrono.
Como Alison, al menos 15 vendedores han hecho de la peregrinación su estilo de vida en estos meses. Son parte de la otra cara de la peregrinación, aquella que lejos de los reflectores muestra el esfuerzo y sacrificio de quienes acompañan la fe de miles de personas.
Mientras la reliquia sigue su camino por México, la joven vendedora asegura que continuará hasta el final de la peregrinación con la esperanza de que cada imagen que entregue sea un símbolo de consuelo y esperanza para quienes creen en los milagros de San Judas Tadeo.
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Alison no viaja sola, lo hace en familia, salieron de ciudad de México “quizá” el 29 de julio, hace seis o siete meses, dice con evidencia clara de haber perdido la noción del tiempo y es que su trabajo no es fácil mientras la reliquia pasea por las calles ella lo hace caminando, de otra forma no podría vender sus artículos.
Después de meses recorriendo el país muy lejos de casa, Alison continúa su camino con la misma convicción con la que inició. Cada estampa vendida no solo representa un sustento, sino también una oportunidad de compartir la fe y la esperanza que inspira el santo de las causas difíciles. Mientras la peregrinación avanza, su historia refleja la otra cara de la devoción: aquella que vive en el esfuerzo diario y en el deseo de llevar un mensaje de consuelo a cada rincón de México.