Culiacán, Sinaloa. – Las universidades deben de estar en manos de los universitarios, ninguna fuerza externa debe de tener el control de la universidad porque eso es negar el derecho a la educación y a eso están convocados, fue el mensaje del diputado presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Feliciano Castro Meléndrez, a los diputados jóvenes del Parlamento Juvenil 7 de Abril.
En su discurso, insistió a quienes en su mayoría son estudiantes, a que tomen en sus manos las universidades, refiriéndose a las que son autónomas.
Enfatizó el por qué el nombre del parlamento, donde recordó que la Universidad Autónoma de Sinaloa a partir de los movimientos de los estudiantes y de profesores, trabajadores comprometidos con la universidad, con el derecho a la educación, con la libertad que supone la autonomía, luchaban en 1972 por sacar de la universidad a un rector que les había sido impuesto.
En ese sentido, indicó que a raíz de lo sucedido se generó un movimiento estudiantil de 1968 y donde no sólo concurrían los jóvenes sino que también diversos sectores del pueblo eran protagonistas de ese movimiento, sin embargo, lamentó que la respuesta del gobierno en aquel entonces fue más represión, donde un grupo de policías llegaron armados a la universidad y empezaron a disparar y donde dos estudiantes perdieron la vida el 7 de abril de 1972, Juan de Dios Quiñónez y María Isabel Landeros.
“Los universitarios lucharon por la autonomía de la Universidad, la autonomía tal cual lo consagre el artículo tercero constitucional, significa el derecho de los jóvenes a la educación superior en libertad, donde la generación del conocimiento no esté limitada ni por poderes políticos de gobiernos, pero tampoco por fuerzas al interior de las universidades que limitan justamente esa libertad para que los universitarios desde su propia condición puedan determinar estos procesos, así como también los procesos de autogobierno”, dijo.
Castro Meléndrez también llamó a los jóvenes a que cultiven su pertenencia ideológica, pues argumentó que la misma supone tener un sentido de compromiso con el país a partir de garantizar los intereses de las mayorías y de garantizar el sentido ético y el comprometerse para combatir la desigualdad social y la pobreza.
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Reiteró el asumir la interacción política con un sentido crítico, es decir el no aceptar ni admitir nada como verdadero si no pasa por su reflexión y por su análisis.