Guasave, Sinaloa. Su padre le daba probadas de alcohol para que se hiciera hombre, un caso que enciende las alarmas en el estado de Sinaloa. Un menor de apenas 7 años comenzó a experimentar con el consumo de alcohol, un fenómeno que los especialistas han calificado como preocupante.
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Este caso, atendido en un Centro de Integración Juvenil bajo la supervisión del médico Julio César González Rochín, resalta cómo las prácticas culturales, permisivas y machistas pueden derivar en problemas serios de adicción desde edades tempranas.
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El menor tuvo su primer acercamiento con el alcohol por medio de sus propios padres, quienes bajo una visión tradicional fomentaron la idea de que consumir bebidas alcohólicas es un símbolo de fortaleza y masculinidad. Aunque su consumo no seguía un patrón definido y era esporádico, el niño sabía que el alcohol le proporcionaba un efecto relajante, lo que marcó un comportamiento consciente respecto a esta sustancia.
“7 años de edad, con consumo de alcohol a nivel experimental, pues en una sociedad en la que hay mucha permisividad para alcohol, en la que el papá, por ser niño le da a probar alcohol para que ‘sea hombre’, un hombre grande, un hombre fornido, clásico, machista en el estado de Sinaloa, y el niño generó una dependencia al consumo de alcohol a los 7 años. Era un consumo esporádico, pero ya lo hacía de manera consciente, él ya sabía que era alcohol y que lo iba a relajar. Fue precisamente por medio de los papás cerca de los 7 años. Él fue más que nada (a Centros de Integración Juvenil) por problemas de conducta propios de un niño en el que había una conducta desafiante y nosotros detectamos el consumo de alcohol.
¿No hubo una droga subsecuente después de…?
“Claro que sí, hubo experimentación con tabaco y también con mariguana”, detalló.
El menor fue ingresado inicialmente al CIJ debido a conductas desafiantes y negativas hacia la autoridad, no por el consumo de alcohol. Sin embargo, durante el tratamiento los especialistas detectaron la adicción como un factor subyacente que agravaba su comportamiento.
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A pesar de este diagnóstico, el menor logró ser tratado exitosamente y ahora recibe seguimiento en un programa de prevención de recaídas, diseñado para reducir la posibilidad de reincidir en el consumo o desarrollar nuevas adicciones.
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Tras el consumo inicial de alcohol, el menor también experimentó con tabaco y mariguana, lo que revela cómo las primeras exposiciones a sustancias pueden desencadenar un patrón de experimentación con drogas más peligrosas.
