Su hogar es una cripta, vive entre los muertos

Los
Mochis, Sin.- Su mejor terapia es el vivir entre tumbas, escuchar el silencio
de la noche, el cual no le asusta, todos los días se encomienda a su Dios para
que no le pase nada, de esta manera eligió vivir la señora María Teresa
Izaguirre Leyva al no sentir respeto de sus hermanos menores y el capricho de
tenerla encerrada todo el día cuando a ella se le dan las manualidades, por eso
optó por vivir en el Panteón Municipal de Los Mochis, mejor conocido en la
ciudad como ?el panteón viejo?.
?No tengo
otra opción por que no me respetan mis hermanos como hermana mayor; me quieren
tener encerrada cuando a mí gustan las manualidades, bordar, tejer?, señaló.
María
Teresa dice que ante la oscuridad de la noche a veces se la pasa en vela,
orando y cantando alabanzas, pero han existido ocasiones que escucha voces
entre las tumbas que la llaman por su nombre.
?Oigo que
me dicen Tere, Teresita, pero no contesto, no salgo; y si salgo, que Dios me
cuide?, narró.
Para
aquellos que piensan que María Teresa Izaguirre Leyva padece de sus facultades
mentales por todo lo que ya escucharon, aquí le dejamos una muestra que
comprueba que está más cuerda que otros.
?No voté,
oiga, porque no tuve la credencial pero desde los 18 años he votado?, dijo.
-¿Cuál
fue su candidato favorito?Leí que
ganó por quien pensé: Peña Nieto.
La verdad
es que muchas personas en nuestro país prefieren vivir en la calle o refugiarse
en lugares donde encuentran paz y tranquilidad en lugar de vivir en familia.
María
Teresa señaló que su vida no ha sido fácil, ya que a sus 50 años es una mujer
divorciada y sin hijos, que su vida marital simplemente no funcionó y que se
acabó el amor, optando por tomar otro camino en su vida.
?Es que
me dejó de amar (esposo) y yo también, y por eso nos separamos?, relató.
Además de
estar consciente de que la estancia no es nada segura en el camposanto, revela que
en más de alguna ocasión ha convivido con los ?hinchaditos? que se la llevan en
el lugar, los cuales en más de alguna ocasión han querido propasarse con ella,
pero que siempre, como una mujer de principios, se ha dado su lugar.
?Yo no
soy el tipo de mujer que ellos piensan, una mujer fácil?, asentó.
Cuenta
que para alimentarse una vecina cercana al panteón la asiste, apoyándola con
algunos alimentos, además de que para asearse tiene que encerrarse en la
capilla, pone una silla y con unos garrafones de agua se baña con todo y ropa,
a pesar de que tiene sólo cuatro prendas íntimas para cambiarse.
Insistió
que el vivir en un panteón no es cosa fácil, ya que por las noches se queda
completamente en tinieblas con el riesgo de ser atacada por algún hampón o por
algún animal.
Dijo que
prefiere vivir sola que estar encerrada en alguna casa de asistencia o asilo,
ya que así se acostumbró a pasar la vida en una tumba, que ni es de algún
familiar, simplemente llegó, no tenía nombre y la habitó.chg