Culiacán, Sin.- A don Roberto Nava, mejor conocido como “Don Robert”, no le falta el grito de buenos días cuando se instala cada mañana en su carreta de mariscos ubicada entre las calles Rafael Buelna y Ruperto L. Paliza, en la capital sinaloense, Culiacán.
Ya sea a pie o en carro, la gente pasa y lo saluda con entusiasmo. Y es que el señor del sombrero y sonrisa tierna se ganó el cariño de chicos y grandes.
“Cómo le va don Robert, prepáreme un aguachile con limoncito y póngale picante, como usted sabe”, le dicen los comensales que tras el paso de los años se convirtieron en sus amigos.
Con el cuchillo recién afilado, golpea la concha del ostión para, una vez abierta, verterla en una copa de cristal que habrá de bañar con zumo de limón, Shhh. El molusco se retuerce y con ello queda demostrada la frescura de su producto.
En la hielera guarda el camarón, pulpo y almejas que habrán de deleitar el paladar de sus clientes. El “ritual” no ha cambiado mucho desde 1969, fecha en la que familiares le sugirieron el punto.
“En esta chambita llevamos más de 53 años pegándole”, comenta con entusiasmo.
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Aunque don Robert se ausentó un tiempo durante la pandemia de COVID-19, poco después volvió con más fuerza y asegura que hay don Robert para rato, pues a sus 82 años de vida, se siente fuerte y lleno de energía. Pero… ¿cuál es el secreto? Don Robert se lo cuenta a Línea Directa:
“Pues el ánimo nada más yo creo, el ánimo, eso si se lo recomiendo a todo mundo, ya los viejitos hay que movernos para que siga el cuerpo activo, porque si nos paramos se va a tullir” …
-Vemos que la gente llega los saluda ¿Cómo se siente con eso?
“Aquí yo lo que veo es que como son mis amigos, pues yo volteo y los saludos normales, son mis amigos, llegan, me saludan, puede ser por aprecio y como quiera que sea yo se los agradezco, de bonita manera me comporto con ellos y les agradezco que me miren y me echen grito. ¡Estoy para saludar a quien me grite!”, contó.
Además de haberse ganado un lugar en el corazón de los culichis, don Robert se coló en el mundo literario hace algunos años al aparecer en la novela “Balas de Plata de Elmer Mendoza”, ya que el personaje principal de la historia, Édgar “El Zurdo” Mendieta, suele acudir a la carreta de don Robert.
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Dicho personaje de ficción, es un policía cuarentón, inteligente y de humor ácido que desentraña casos en los que están involucrados desde narcos hasta personas de la alta sociedad, El Zurdo disfruta los momentos de tranquilidad para sentarse en la carreta de don Robert, meditar y echar la platicada al igual que lo hacen muchísimos culichis todos los días.
Gracias a ello, lectores de 21 países de habla hispana y otras regiones del mundo como Europa, Brasil y Rusia, saben de la existencia de este marisquero nacido en Jalisco, pero que desde hace varios años fue adoptado por los culiacanenses y no sólo eso, sino que además lo convirtieron en un personaje emblemático y entrañable.
“Yo le agradezco a Elmer Mendoza, él tenía algunos años de verme y conocerme, le pareció bien ponerme en su libro y pues muchas gracias a él”, comenta don Robert.
Con nueve hijos a cuestas y dos adoptados, otros tantos de nietos y tataranietos, espera seguir en esta esquina muchos años más mientras su cuerpo y alma se lo permitan.