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Culiacán, Sin.- Con una misa recuerdan familiares al fotógrafo de El Debate, Gregorio Rodríguez, a 17 años de su asesinato en Escuinapa, ahora su viuda, María Teresa González Mayorquín expresa que no hubo justicia y a estas alturas ya no tiene caso que se investigue.
Gregorio fue asesinado un domingo 28 de noviembre de 2004, mientras cenaba con sus dos hijos, de cinco y de siete años, en una taquería de la plazuela de Escuinapa. Las autoridades prometieron que el caso no quedaría impune, se abocaron a las indagatorias, de tuvieron a 8 personas, incluido el ex jefe de la Policía Municipal, Abel Enríquez, acusado de alterar la escena del crimen, facilitar el homicidio y entorpecer las indagatorias.
¿Qué falló?, se le pregunta a la compañera de vida del foto periodista, quien ha tenido que sacar adelante a sus dos hijos ya con estudios profesionales. Ella ya no quiere saber si falló la investigación, pero sí expresa que no hubo voluntad y ahora solo se reunió la familia para ir a la iglesia y oficiar una misa por su descanso.
“Sí le hicimos, vinieron mis hermanas, aquí estuvieron conmigo”
¿Ahora la autoridad ya no se acercó contigo?
“No, ya no tiene caso”
¿Por qué?
“No arreglan nada, no hacen nada”
¿Verdad que salieron todos los presuntos implicados?
“Creo que sí, no sé, quedaba uno porque tenía otros delitos, pero ya no sé”, expresó.
De este caso, quedó un grueso expediente con presuntos responsables de dos líneas de investigación, incluyeron a tres nayaritas como autores materiales, además de acusar a tres hermanos Cedano Ornelas, de los cuales dos fueron detenidos y luego liberados, pero no se detuvo ni se juzgó a presunto autor intelectual señalado en las indagatorias, Antonio Frausto, a quien se detuvo en Estados Unidos en el 2009, pero por posesión de droga.
En el expediente integrado por la entonces Procuraduría General de Justicia del estado de Sinaloa estableció que el Gregorio Rodríguez fue asesinado porque a fines de julio de 2004 logró fotografiar la detención de ocho hombres realizada por tropas de la Tercera Región Militar, en un camino a Teacapán, en Escuinapa. Entre los detenidos estaban Antonio Frausto Ocampo y Tamar Aguilar Íñiguez, hermano del entonces jefe de la Ministerial.
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A 17 años, su viuda, no quiere compartir de nuevo de todo lo que le tocó desde aquel domingo 28 de noviembre pues dice estar cansada de esperar justicia.
