Guasave, Sinaloa.- En la gestión de campamentos agrícolas y la contratación de jornaleros en el norte de Sinaloa los desafíos son persistentes, señaló el horticultor José Socorro Castro Gálvez.
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A pesar de las múltiples reuniones de autoridades, la situación se mantiene sin una solución clara, pues el productor expone una perspectiva que va más allá de la regulación superficial.
Castro Gálvez señala que la atención se ha centrado en la regulación superficial, pero rara vez se aborda la verdadera raíz del problema. Muchos jornaleros llegan engañados bajo contratos inexistentes, guiados por intermediarios que los llevan a donde se les pague mejor el día, una práctica común en diversas regiones agrícolas del país.
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“Dándole la vuelta al tema de guarderías, de jornaleros, ya son muchos años que siempre se cae en el mismo problema, pero jamás se dice si fue una agrícola o fue un intermediario de gente que se trae a la gente engañada bajo un contrato inexistente, y esa gente no llega sola aquí al norte de Sinaloa, esa gente llega con la promesa de vivir en un campamento agrícola bajo un contrato de trabajo de toda la temporada”, refirió.
El productor destaca la falta de responsabilidad de quienes gestionan este reclutamiento ilegal, desviando la atención de agricultores y agrícolas con campamentos hacia los “coyotes”. La solución propuesta por el horticultor implica medidas más estrictas, incluyendo guarderías, servicios médicos y atención inmediata en emergencias de salud en los campamentos.
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Al preguntarle sobre la persistencia de la problemática, subraya que, a menos que se detenga a los “coyotes”, los problemas seguirán reproduciéndose. La cultura de amenazas y coerción complica aún más la gestión efectiva de los campamentos agrícolas.
Finalmente, destaca que algunas agrícolas han optado por no traer trabajadores de otros estados y utilizar únicamente mano de obra local como una estrategia eficaz para abordar estos desafíos. Esto plantea la pregunta de si esta podría ser una solución más generalizada en la región.