Culiacán, Sinaloa. – El sector restaurantero de Culiacán vislumbra un año 2023 con mucha incertidumbre en lo económico que es probable les limite un crecimiento derivado de la nueva reforma laboral y la inflación que ya supera el 8 por ciento, señaló Laura Guzmán Torróntegui.
La presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados, delegación Culiacán (Canirac) precisó que independientemente de estos malos augurios financieros los agremiados harán hasta lo imposible para no incrementar los precios de la carta a sus clientes porque tendría un efecto negativo.
Agregó que el reto será reinventarse con nuevas estrategias para la operación de sus negocios, administrando mejor los inventarios y buscar la unión de los socios para concretar compras consolidadas de los insumos que requieren para procesar los alimentos.
“Todo el año estuvimos aguantando los impactos de la inflación, evidentemente lo que va a terminar de afectar, además de la inflación, pues van a hacer los cambios en la legislación laboral, en cuanto a los temas de las prestaciones que se les van a ofrecer a los empleados, entre ellas, 12 días de vacaciones en su primer año de trabajo”, cuestionó.
La líder restaurantera apuntó que con la nueva ley laboral va a haber ajustes importantes, entre ellos, aumento a los salarios, modificar horarios de trabajo, y negociar los 12 días de vacaciones que tendrán por derecho por su primer año laborado, y todos estos nuevos gastos para el socio obligarán que en enero se reúnan para hacer un cálculo de la carta.
En ese sentido, Laura Guzmán admitió que no se puede impactar en el precio de las comidas todos los incrementos porque se salen del mercado, y unas alternativas serían buscar estrategias para crecer en la ventas, sacar productos más económicos, cambiar los menú, participar más en banquetes fuera del restaurante y fortalecer las entregas a domicilio, entre muchas más.