Mazatlán, Sinaloa. Al caer los primeros rayos del sol, algunos visitantes tomaron la decisión de darse un chapuzón en el mar. Para unos es su primera vez en Mazatlán y por ello no se perderían la experiencia de sentir al agua salada en su piel.
Desde el monumento al Pescador hasta punta Valentinos, decenas de familias comenzaron a llegar a las distintas áreas de la playa, justo cuando el titán del tiempo “Cronos” marcaba las siete de la mañana.
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Sin importarles las rachas de viento, aún frío, algunas familias tomaron su lugar en la arena. Jóvenes y niños chapoteaban a la orilla de la playa, mientras que, desde una torre de vigilancia, un salvavidas observa todo el plano. Se mantiene alerta en caso de que dios de que griego Poseidón decida jugarles una broma a los bañistas.
Al pie del monumento al Pescador estaba un grupo de turistas, algunos originarios de Durango, Zacatecas y Jalisco.
Todos coincidieron que en el mar de Mazatlán la vida es más sabrosa y con unos mariscos, ostiones y una que otra bebida bien helada todo es diversión, sin importar lo que se haya dicho en los días previos al carnaval.
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Pasan los minutos y el sol intensifica su fuerza, pero a los bañistas no les importa. Sacan su loción bloqueadora, la sombrilla o se arman con un gran sombrero, gorra o rentan una sombrilla con sillas para olvidarse del estrés por completo.
“Vengan a Mazatlán, se la van a pasar a todo dar”, comentaron los bañistas.
