Da click aquí y encuentra más información de Línea Directa Portal en nuestra página de Google News
Guasave, Sin.– Don Héctor se quedó parado en la puerta de lo que era su casa, como tratando de asimilar la difícil y cruda realidad que este martes al mediodía les tocó sufrir a él y su familia, y a varias del sector poniente de la ciudad, tras ser obligados a sacar sus pertenencias y entregar sus inmuebles.
Mediante una orden del Juzgado Civil, a algunas familias se les pidió desalojar la vivienda que tanto esfuerzo y trabajo les costó construir en terrenos que estaban enmontados por la calle Encinos, entre el Santa María y el bulevar Aceitunas, y que después se le conocería como el sector Colonos Unidos.
Don Héctor narró que desde el 2013 solicitaron a las autoridades judiciales que se les reconociera la legítima propiedad de los predios, luego de que el ejido Guasave contactó a quien aparentemente es el dueño, y al cual ellos le hicieron la solicitud de compra, sin que llegaran a un acuerdo final, hasta que este martes fueron desalojados hasta con el uso de maquinaria pesada.
“En el 2013 solicitamos al juez Civil que se nos reconociera la propiedad porque el ejido Guasave contactó al supuesto dueño, les demostramos que no despojamos porque ya lo habíamos platicado con el señor, y nos dijo que de momento no nos podía vender y así fue pasando el tiempo, entonces ahora que hicimos un hogar, huimos, dejamos nuestros hogares arriba por segunda vez, resuelve el Juzgado que estamos perdidos, para nosotros va a ser difícil regresar a nuestros trabajos, los niños a la escuela, las mujeres que están enfermas, a su salud”, lamentó.
Pero lo peor, dice don Héctor, no es que los hayan desalojado de sus viviendas, sino que además los quieren acusar de despojo y podrían terminar en la cárcel, cuando lo único que llegaron buscando a estas tierras, fue un mejor futuro para sus hijos.
Algunas mujeres no pudieron ocultar las lágrimas al ver cómo inclusive una de las viviendas desalojadas fue demolida con el uso de maquinaria pesada, y junto con ella se hicieron también añicos los sueños de progreso y prosperidad que algún día tuvieron al verse obligados a desplazarse de los altos de la sierra por la violencia que imperaba en esa región.