Guasave, Sin.- No pensé que me fuera a pasar a mí, dijo Kevin con voz entrecortada desde la Clínica 32 del IMSS, donde se encuentra hospitalizado, luego de que fuera sometido a una cirugía reconstructiva tras explotarle un cuete en la mano derecha.
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Narró cómo después de trabajar con su abuela, se fue a dejar a un primito a su casa y de regreso llegó a la plazuela, donde se encontró con sus amigos ya para entonces se había gastado 50 pesos en cuetes, fueron chifladores y un “relámpago”, que le costó 20 pesos, lo que adquirió sin saber que con ello estaba arriesgando su vida.
“De hecho sí los usaba, pero no me había pasado esto, ya lo iba a tronar pero no alcancé a tirarlo y me explotó en la mano”.
-¿Qué sentiste?
“Pues miedo, no sentía la mano, no supe lo que pasó cuando me miré la mano al rato, me di cuenta; ya no voy a tronar cuetes, que no lo hagan para que no pierdan su manita u otra parte del cuerpo”, expresó el menor.
Kevin está sometido a un estricto cuidado, aunque su evolución es buena, se mantendrá en el hospital hasta que pase el peligro y es posible que sea sometido a una nueva cirugía para reconstruir el pulgar, que todavía tiene averiado.
El menor de 13 años que fue víctima de la explosión de un cuete el pasado domingo por la noche, lanzó un mensaje a sus amigos y los menores de edad para que se cuiden, que no se expongan, que realmente sí son peligrosos y la muestra es él, que afortunadamente vive para contarlo.
“Quiero pedirle a los de las tiendas que por favor omitan vender cuetes, porque si nosotros los niños no vemos los cuetes en venta, obvio que no les compraremos”, dijo.
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