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Mazatlán, Sin.- El sueño de obtener una mejor condición de vida, y que su esposo consiguiera trabajo, los llevó en 1960 a Los Mochis, pero lejos estaba de imaginar doña Eufrosina Cabanillas Bribiesca, que iniciaría una pesadilla que sigue cargando hasta estos días, pues su hijo Ernesto Molina Cabanillas, de 10 años de edad, se le extravió.
Doña Eufrosina, quien actualmente vive en Mazatlán, con 90 años de edad, y además ha perdido la vista, aún mantiene viva la ilusión, de que aquel hijo que perdió, y no ha vuelto a ver jamás, pronto le llegue una razón. Describe que en su momento, un matrimonio que residía en San José, Ahome, se había quedado con su primogénito, pero no tiene más información.
“Pues estaba grande, él tendría como unos 10 años, pues sí nació en 1950, 71 años”.
¿Tenía referencia del nombre de la señora?
“No, yo no tuve plática con la señora, porque yo no tenía tiempo de andar platicando, jacaleando. Ella se llamaba Rosario (Ramírez), el marido se llamaba Sergio (Torres)”.
La mujer de 90 años reconoce que ha perdido las fuerzas, pero no las ganas de saber qué ha sido de su hijo, por ello, desde hace más de 60 años, cuando lo extravió, todos los días, implora al Creador que le permita antes de irse de este mundo, al menos oír su voz y saber qué fue de Ernesto.
“Pues que se acerque para verlo, pues ya me quedan poquitos días para irme, yo creo, pues de todos, nomás tengo estos tres aquí”.
¿Cómo han sido estos tres años, entonces, sin saber de él?
“Ay oiga, pues llorando”.
¿Cómo se puede vivir?
“Llorando yo, pidiéndole a Dios, a la mano poderosa del Señor que aparezca mi hijo, que venga”.
Eufrosina Cabanillas dijo que al no obtener su esposo el empleo en Los Mochis, y al faltar el dinero para comer y pagar la renta, pidió limosna, pero al no tener más forma, regresó al puerto. Por ello, piden, que si alguien sabe o tiene alguna referencia, comunicarse al 6692-28-24-31 con José Lucio Beltrán Cabanillas, que permita tener alguna razón para su madre.