Culiacán, Sinaloa.- En el conflicto entre el municipio y particulares, que motivó se cerraran las puertas del estadio Teodoro Mariscal en el puerto de Mazatlán, el Estado no metió las manos, sostuvo el gobernador, Quirino Ordaz Coppel.
Afirmó que hubo respeto para que las partes involucradas, arreglaran la problemática, situación que ya se arregló al emitirse un pago por el uso consumo de agua.
El mandatario estatal aseguró que lo más importante, es que la afición continuará disfrutando del beisbol en su nueva casa, a la cual el Estado le ha invertido más de 350 millones de pesos.
“Nos pone en una condición de tener mucha oferta para traer eventos importantes, y la afición se merece es disfrutar su estadio, al equipo y los juegos”, enfatizó.
El Ayuntamiento de Mazatlán argumentó que el Club Venados no había pagado el servicio de agua potable durante algún tiempo, incluso que se habían encontrado tomas clandestinas, por lo que se tenía que pagar el equivalente a casi 3 millones de pesos, pero mientras se arregló el asunto los juegos de la Liga Mexicana del Pacifico se llevaron a puerta cerrada.