No bajamos la guardia hasta que “Lidia” toque tierra y deje de ser un peligro: Alcalde de Mazatlán

Mazatlán, Sin.- Pese a que el huracán Lidia modificó su trayectoria y se alejó de las costas sinaloenses, por lo que dejó de ser un riesgo para Mazatlán, el Gobierno Municipal no baja la guardia y sigue atento a la trayectoria de dicho sistema, principalmente por lo errático con que se ha desplazado.

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Así lo declaró el alcalde de Mazatlán, Édgar González Zatarain, al referir que ante la posibilidad de que se puedan registrar lluvias en las próximas horas, la ciudadanía debe continuar alerta y bien informada sobre el estado del tiempo.

“No bajamos la guardia. El Consejo Municipal sigue en sesión permanente para que en cualquier momento si surge un imprevisto, podamos reaccionar de manera inmediata. Yo hice un recorrido por dos puntos muy conflictivos: la Ampliación Urías 3 que es una de las zonas vulnerables, y otra parte por la Quinta Chapalita que son las zonas vulnerables, precisamente revisando cómo poder reaccionar de manera inmediata rápida”.

El presidente municipal adelantó que, si los municipios del sur del estado requieren ayuda, ya sea porque registren fuertes lluvias o que se incrementen los afluentes de los ríos por escurrimientos provenientes de estados vecinos, se les enviaría lo que sea necesario ya que aquí de momento no fue necesario prestar ningún apoyo extraordinario a la población.

“Nosotros estamos preparándonos para que, si se requiere más al sur, poder auxiliar. Sirven como ensayo para armar y desarmar. Estamos preparados para que, si se requiere en Escuinapa, en La Concha, en esa zona, podamos reaccionar y apoyar, que fue el acuerdo que tomamos”.

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González Zataráin agregó que hasta que “Lidia” toque tierra y deje de ser un riesgo para la población en general, se mantiene la vigilancia en este municipio, principalmente en el río Presidio y las comunidades asentadas en ambas márgenes.

Respecto a las condiciones del puerto, precisó que las autoridades portuarias monitorean las embarcaciones mayores, sigue la restricción a la navegación de embarcaciones menores, en tanto que las playas continúan cerradas a los bañistas como medida preventiva ante el oleaje que todavía registran.