Culiacán, Sinaloa.- El temor de muchas familias sinaloenses volvió a hacerse realidad: el riesgo de ser alcanzados por una bala perdida mientras realizan sus actividades diarias.
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El señor Obed había salido de su trabajo como cualquier otro día y se dirigía a recoger a su hijo, también de nombre Obed, sin imaginar que su rutina estaría a punto de convertirse en una pesadilla.
En la zona sur de Culiacán, el tráfico avanzaba con normalidad. Cientos de vehículos iban y venían en el ajetreo cotidiano. Sin embargo, el ritmo de la ciudad se rompió abruptamente cuando un grupo de pistoleros desató una persecución a balazos, decididos a acabar con sus enemigos sin importar a quién pudieran dañar en el camino.
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El sonido de disparos se apoderó del ambiente, y entre las personas alcanzadas por las balas estaban Obed, padre e hijo. Es la madre del pequeño quien relató a Línea Directa que su hijo fue alcanzado por una esquirla de bala en el sector.
“Ya me lo dieron de alta, fueron esquirlas en los deditos. Ayer lo atendió la cirujana y me dijo que solo hay que tener cuidados en casa”, relata la madre, sin ocultar el dolor que aún la invade.
Aunque la herida del niño fue menor y ya fue dado de alta, la angustia no termina, porque su esposo sigue hospitalizado, a la espera de una cirugía en la que le colocarán clavos para reconstruir los huesos afectados.
No hay espacio para el enojo, solo para la impotencia.
No estaban en el lugar equivocado, no hacían nada indebido. Simplemente cumplían con su rutina diaria, la misma que han construido con esfuerzo: levantándose temprano, trabajando duro para darle una mejor vida a su hijo.
“Somos personas que trabajamos todos los días. Mi esposo y yo somos trabajadores de la salud, nos esforzamos por salir adelante”, dice madre de Obed, recordándole al mundo que su familia no merecía esto.
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Pero la expresión que más pesa, la que más duele, es la que surge desde lo más profundo de su corazón:
“Mi hijo no es un delincuente para estar sufriendo por una herida, por culpa de unas personas que ni siquiera conocemos.”
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La señora hizo un llamado a las autoridades para que el miedo se termine, para que la guerra pare y dejen de perderse vidas inocentes en medio de esta.
“Yo le pido al gobernador que ya busquen la solución, no podemos vivir así con miedo, al salir de trabajar y estar pensando en lo que pudiera pesar, mi esposo salió de su trabajo, fue y recogió a mi hijo y ve lo que nos pasó”.
En el hecho, un total de dos personas fallecieron en el lugar y nueve resultaron heridas de bala, las cuales se presume que son víctimas colaterales. Más tarde, un hombre falleció en un hospital cuando recibía atención médica.
