Culiacán, Sinaloa. “La vida es como un espejo: te sonríe si la miras sonriendo”. Esa es la esencia con la que se deben impulsar las causas nobles. En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, que se conmemora hoy, 21 de marzo, jóvenes, adolescentes y adultos con esta condición demuestran a la sociedad que no existen límites para ellos, y la mejor forma de hacerlo es a través del desarrollo.
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Si bien el Día Mundial del Síndrome de Down se celebra una vez al año, ellos, acompañados de su red de apoyo, trabajan todos los días para superarse, ser independientes y, sobre todo, ser felices mientras hacen felices a quienes los rodean.
Este viernes, en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Occidente (UAdeO), se llevaron a cabo una serie de eventos gratuitos para los jóvenes, quienes, acompañados de docentes y familiares, disfrutaron de una jornada especial.
Uno de los momentos más destacados fue una clase de cocina, que no solo resultó productiva, sino también muy divertida. Más que una simple actividad, se convirtió en un espacio de convivencia, interacción y celebración de cada logro alcanzado gracias a su esfuerzo.
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El equipo de Línea Directa tuvo la oportunidad de conversar con algunas de las asistentes, quienes se dijeron muy contentas, entretenidas y apoyadas por todo el equipo organizador.
“Estamos haciendo pescados, ahorita vamos a hacer más”.
-¿Cómo sienten el apoyo de sus maestros y el chef?
“Bien, todo bien, nos están enseñando a hacer todo todo”, compartió Cristina Margarita, una joven con Síndrome que se mantuvo muy cercana a la actividad.
El platillo preparado por los talentosos chefs con síndrome de Down fue un delicioso pescado empapelado con sus respectivas verduras y condimentos, todo un manjar elaborado por ellos mismos bajo la guía del chef de la universidad.
Por otro lado, también compartieron su testimonio las tres docentes a cargo del evento, quienes han trabajado durante meses en su organización. Sin embargo, su labor no se limita a esta fecha, pues a lo largo del año se dedican a la investigación sobre alimentación y su relación con el síndrome de Down.
“Intentamos en estos días en los que se conmemora a ellos, darles algo que les pueda promover la independencia, algo que les dé aprendizaje, que los incluya un poquito más a la sociedad”, agregó Kenia Esparza, maestra en ciencias y docente de nutrición.
Por ello, enfocan todos sus esfuerzos en llevar a la práctica lo aprendido, para que los jóvenes puedan atesorar valiosas experiencias al formar parte de un taller de cocina, un curso de procesos de alimentos y otras actividades que impulsen su desarrollo.
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Los participantes lucieron sus camisetas conmemorativas del día y las representativas calcetas disparejas, que se han convertido en un símbolo de visibilidad para las personas con síndrome de Down, especialmente en esta fecha tan significativa.
¿De dónde surge la tradición de las calcetas disparejas?
La historia detrás de este símbolo es curiosa y transformó la manera de conmemorar este día. En 2018, una niña británica de solo cinco años, llamada Chloe Lennon, tomó su cámara y, a través de las redes sociales, pidió a todos que usen calcetas disparejas el 21 de marzo.
Su iniciativa, nacida en Reino Unido, rápidamente se volvió viral y recibió el apoyo de cientos de miles de personas en todo el mundo. Desde entonces, se ha replicado año tras año en distintos países, incluido México.
El significado de esta acción es claro: visibilizar que cada persona es única. No importa la raza, el color de piel, el idioma, el origen o cualquier condición; todos tenemos nuestra propia esencia y merecemos ser reconocidos y valorados por ello.
