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Los Mochis, Sin.- Gilberto Rodríguez Vargas ha enfrentado varios obstáculos en su vida tras la aplicación de un antibiótico que, desde los primeros meses de su vida, lo dejó con una sordera profunda bilateral que permeó su calidad de vida.
Josefina Vargas Soto, madre de Gilberto, reconoció que su hijo es un guerrero, porque pese a vivir con una discapacidad, ha logrado salir adelante, ser un hombre de bien, trabajador y un padre soltero que busca dejar un buen ejemplo en su hijo.
Sin embargo, la madre de familia no olvida el episodio que vivió su hijo de bebé y, que, lamentablemente, le cambió la vida por completo.
“Él estuvo hospitalizado porque quedó en incubadora 6 días, a los 5 días lo sacaron a observación, él fue un niño aparentemente sano, de ese tiempo que yo me lo llevé a mi casa y ya, en abril, él se deshidrata y reingresa en julio con cuadro gastrointestinal y yo sé que ahí le aplicaron esos antibióticos que le dañaron la audición”, dijo.
Además, señaló que la vida de su hijo no ha sido fácil, primeramente, porque hay personas que aceptan ni entienden a las personas que viven con una discapacidad y, además, porque la situación económica fue adversa.
“Me enteré que un urbano, un camionero, venía una amiga en el camión, él venía en la bicicleta y le pitó el carro, el camión, y que le dijo el camionero: ahorita te voy a echar el camión para que te quites, y entonces ella le dijo: fíjate que no, yo lo defiendo porque es un muchacho sordo”, la madre de familia señaló que como esta anécdota hay más.
La señora Josefina buscó todos estos años alternativas para que su hijo pudiera escuchar, pero los esfuerzos fueron en vano, ningún aparato funcionó.
Sin embargo, a sus 40 años, su vida promete mejorar, pues pudo ingresar al programa de auxiliares auditivos gratuitos del Sistema DIF Sinaloa y DIF Ahome. Los aparatos ya fueron adaptados y éstos sí le permiten identificar sonidos, lo que facilita su seguridad e interactuar y convivir mejor con su hijo de 15 años, a quien cría solo con ayuda de la señora Josefina.
