Los Mochis, Sin.- Izza tenía 7 meses de embarazo cuando comenzó con temperatura leve y luego le subió casi a 40 grados, la llevaron a consulta con el doctor y le detectaron dengue típico, pero no le dieron tratamiento porque estaba embarazada, lograron estabilizarla, pero 5 días después inició con dengue hemorrágico, es decir, con alta temperatura que no bajaba, dolor y sangrados abundantes, por lo que fue internada en terapia intensiva.
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Sin que ella lo supiera porque estaba inconsciente, el bebé murió en su vientre y así permaneció por tres días, lo cual le agravó las hemorragias y le provocó más infección y dolor; los médicos sólo esperaban un milagro, pero luego comenzó con los dolores de parto y nació su hijito muerto, lo cual, dijo, le dolió en el alma.
“Me volvió el dengue, pero el hemorrágico, ya con vómitos que eran sangre, me salía del lagrimal sangre, por las uñas, la nariz, por todos lados, decidieron internarme, pasé a terapia intensiva, duré como unos 15 días, estábamos en riesgo los dos, yo estaba demasiado débil, yo había perdido 8 unidades de sangre, a los tres días de que mi bebé murió en mi vientre me empezaron los dolores de parto, salió el bebé pero desgraciadamente falleció mi bebé”, narró la dolida madre.
Izza detalló que a pesar de que su salud estaba demasiado complicada y débil, el corazón del bebé en su vientre seguía latiendo, pero al final murió calcinado por la alta temperatura de su cuerpo, ya que los médicos no pudieron sacarlo vivo porque no le podían hacer cesárea debido a que podía desangrarse por las numerosas hemorragias que sufría, además de que estaba a punto de sufrir leucemia y tenía principios de hepatitis.
“El dolor que tenía porque tenía a mi bebé ya muerto en el vientre, el bebé murió calcinado por la alta temperatura que yo tenía, los doctores no podían sacarlo porque no me podían hacer cesárea, si yo me moría iban a rescatar al bebé porque todavía su corazón estaba latiendo, pero al final el bebé fue el que ya no pudo más”, contó Izza a Línea Directa.
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Su trágica experiencia sucedió en octubre del 2003, cuando ella tenía apenas 17 años, estaba recién casada y esperaba con gran ilusión a su primer hijo, pero ella todavía revive el dolor de su pérdida, por eso pide a todas las personas que se cuiden mucho del dengue, especialmente a las embarazadas, porque lamentablemente esta enfermedad es muy grave, pone a algunos pacientes al borde de la muerte y se lleva a muchos otros.
