Culiacán, Sin- Después de un largo periodo de espera y sequía, el cielo de Culiacán finalmente se cubrió de nubes, dejando caer algunas lloviznas ligeras. Aunque estas gotas distan mucho de ser las lluvias copiosas que se han registrado en el sur del país, al menos devuelven un poco de esperanza y marcan el inicio de las primeras aguas que caen sobre el asfalto y los cerros con hierba seca y café a raíz de la falta de agua.
Fue cerca de las cinco de la tarde cuando comenzó a oler a tierra mojada en gran parte de Culiacán. El aroma, tan anhelado por los habitantes, llenó el aire, generando una sensación de alivio y renovación. Sindicaturas como Costa Rica también reportaron lloviznas que empañaban los vidrios de los vehículos, obligando a los conductores a usar los limpiaparabrisas después de mucho tiempo.
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Un ligero viento sacudía los árboles, trayendo un poco de alivio al intenso calor que estuvo rondando por encima de los 40° en sensación térmica durante los últimos días. La temperatura, que había sido opresiva, parecía ceder ante la llegada de las primeras gotas de lluvia.
“Qué bueno que por fin ha comenzado a llover”, dijeron algunas personas mirando hacia el cielo, agradecidas por este pequeño respiro. “Gracias, señor”, expresaron otros mientras las ligeras gotas mojaban su frente en el ir y venir del centro de Culiacán. Por pequeñas que sean estas lluvias, no dejan de ser una bendición y generan esperanza de que en los próximos días puedan generalizarse, comenzando a aportar agua a las presas de la región, las cuales están casi secas.
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Esta primera llovizna no solo humedeció la tierra, sino que también revitalizó el ánimo de los culichis, quienes han soportado un periodo prolongado de sequía. La esperanza de que las lluvias se intensifiquen y se conviertan en un fenómeno más constante está más viva que nunca.
Con las presas casi secas y decenas de comunidades asistidas con el envío de agua en pipas, Culiacán agradece el chipi chipi.