Los Mochis, Sin.- Niños y adolescentes que limpian parabrisas de los vehículos o que hacen acrobacias en los semáforos de los cruceros más transitados de la ciudad son una realidad que en los últimos años se ha incrementado en la ciudad de Los Mochis. La proliferación de menores en las calles se debe a que la mayoría de los automovilistas los apoya con monedas, conmovidos por la vulnerabilidad de niños que desde edades muy tempranas trabajan en la vía pública.
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Sin embargo, la entrega de una moneda que nace desde el sentimiento de generosidad perpetúa las condiciones de explotación y adicciones que prevalecen entre los pedigüeños menores de edad, advierte Jesús Ernesto Román Cota, director de Programas Preventivos en Ahome.
En la mayoría de los casos los niños y adolescentes provienen de hogares donde los padres son adictos, por lo que para su realidad o percepción, es normal el consumo y tienen fácil acceso a las drogas.
Incluso hay reportes de casos de niños con adicciones que duermen en parques y vía pública, sin embargo, a pesar de que se les busca, estos huyen de las autoridades y sus otros compañeros se niegan a aportar datos de sus paraderos para que puedan recibir ayuda para su rehabilitación.
Explotación infantil en Los Mochis / Foto: Jessi Jáuregui
“Había una rachita que en cada semáforo un montón de niños, un montón, todos sucios, ahí limpiando y hasta en grupo porque uno limpiaba, otro cobraba y así se pasaban, por eso les digo que hay que ser muy cuidadosos en esa forma y ya nosotros hay que mirar como sociedad y decir: sabes qué, hay que apoyarlos, pero de otra forma, hay que apoyarlos con educación, con alimentación, pero no dándoles un pesito porque nosotros somos culpables también porque al darles el pesito, ellos se drogan”, expuso el director de Programas Preventivos de Ahome.
A este problema se le suma la realidad que enfrentan niños y mujeres pertenecientes a etnias indígenas y migrantes que llegan a Los Mochis y piden dinero también en la vía pública, aquí la situación es similar: detrás se esconden hombres que los explotan y también son consumidores de drogas.
“Mucha gente que viene del sur, viene mucha gente de El Fuerte o de Chihuahua y son las que están en los semáforos con los niños en los hombros, ya eso es dinero fácil, no quieren trabajar y es dinero fácil, la mujer que trae a los niños no, pero el hombre sí”.
“Los explotan, si usted checa en los semáforos hay niños que están pidiendo y los papás sentados, los explotan y no estudian porque a esos niños los traen desde pequeñitos y tú los miras y cada que vas en los semáforos van creciendo los niños, y cuando no es uno es otro, los traen amarrados, pero es lo que les digo, hay que hacer consciencia en no darles, aunque les duela, pero no hay que darles porque nosotros estamos fomentando a que los niños no sigan estudiando”, dijo.
Ernesto Román reiteró que aunque duela ver la necesidad y vulnerabilidad de niños y adolescentes en las calles, es primordial evitar la generosidad y caridad hacia ellos porque solamente se prolonga que sigan en las mismas condiciones de riesgo y explotación.
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