Guasave, Sinaloa. – Las escuelas de educación inicial indígena en las comunidades de Playita de Casillas y El Gatal, en el municipio de Sinaloa, se encuentran en una lucha constante por mejores condiciones para sus alumnos, es así que tras 10 años de laborar sin energía eléctrica se levantaron en protesta, sin embargo, a dos semanas de iniciada no les han resuelto la demanda.
Madres de familia denunciaron a Línea Directa que no han obtenido respuestas concretas para resolver esta problemática que afecta gravemente la calidad de la educación de sus hijos.
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Desde el jueves 19 de septiembre las madres de familia y otros miembros de la comunidad han mantenido una manifestación permanente exigiendo una solución definitiva por parte de la Secretaría de Educación Pública y Cultura (Sepyc).
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- Fotos: Cortesía
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Sin embargo, hasta la fecha, lo único que han recibido son promesas y la falta de acción de las autoridades. Según los testimonios, la situación ha llegado a un punto inhumano, donde las condiciones en que se imparten las clases no solo afectan el aprendizaje, sino que también vulneran la salud y bienestar de los estudiantes.
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Las madres de familia han expresado su frustración ante la falta de respuesta efectiva.
“Nos dijeron que enviarían a personal del Instituto Sinaloense de Infraestructura Física Educativa (Isife) para revisar las instalaciones, pero hasta el día de hoy no se han reportado. Las autoridades se comprometieron a asistir a las escuelas el jueves 26 de septiembre para evaluar la situación, pero una vez más incumplieron con su promesa, dejando a las comunidades en la incertidumbre”, dijeron.
“Nos sentimos ignorados”, comentan las madres que lideran la toma de los planteles.
“Llevamos 10 años batallando sin electricidad y esto afecta no solo a los niños, sino a toda la comunidad. Hace calor extremo, no hay forma de usar ventiladores o equipos básicos y las condiciones son inhumanas. Las autoridades ni nos oyen ni nos escuchan”, lamentaron.
Foto: Cortesía
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La falta de electricidad en las escuelas indígenas de Playita de Casillas y El Gatal es solo uno de los muchos problemas que enfrentan estas comunidades en situación de vulnerabilidad.
Las familias aseguran que durante años han tratado de buscar apoyo de las autoridades locales y estatales, pero hasta el momento no han recibido más que promesas sin cumplir. La ausencia de infraestructura adecuada, junto con la falta de recursos educativos básicos es un problema añejo.
