Guasave, Sinaloa. “Yo llegué aquí en las últimas, ya no quería saber y les pedí que por favor me recibieran”, dijo con voz entre cortada un usuario de Casa de Día del ISSSTE en Guasave, uno de los 400 pacientes que reciben talleres que no solo mejora su salud física, sino emocional, y lo que les ha permitido dejar tratamientos que estaban prescritos de por vida.
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Pacientes en proceso de recuperación de trastornos mentales, así como de Fibrosis, entre otros padecimientos, alzaron la voz para exigir la reapertura de la Casa de Día, una institución dedicada al acompañamiento terapéutico y comunitario que, según sus testimonios, ha representado un punto de inflexión en sus vidas.
Conmovidos, varios de ellos relataron cómo este espacio les permitió abandonar medicamentos prescritos de por vida, recobrar el sentido de pertenencia y, en palabras de uno de los participantes, “rescatar sus vidas”.
“Yo era un paciente depresivo. Llegué a la Casa de Día ya en las últimas, pedí ayuda, me abrieron las puertas y gracias a los tratamientos del psicoterapeuta y de mis compañeros, ya no tomo medicamentos psiquiátricos, no tomo antidepresivos, no tomo nada”, compartió uno de los testimonios más contundentes durante una reunión en la que los beneficiarios del centro clamaron por su reapertura.
El cierre de la Casa de Día ha encendido los ánimos entre los usuarios, quienes advierten sobre la gravedad de suspender un espacio que no solo les ofrecía atención psicológica profesional, sino también redes de apoyo y actividades que les permitían reintegrarse a la vida diaria con dignidad.
La institución, según relatan, va mucho más allá de ser “solo un edificio”: es un refugio emocional, un salvavidas para personas que han tocado fondo y buscan una oportunidad de reconstruirse.
“No es solamente un edificio, es una institución que salva vidas. Así de claro. Muchos como yo dejamos medicamentos que nos fueron prescritos de por vida, y sin embargo logramos dejarlos gracias a la Casa de Día”, enfatizó uno de los participantes, visiblemente conmovido.
Con llamados directos al gobernador del estado, los pacientes pidieron apoyo urgente: “Hay que pedirle al señor gobernador que nos apoye, que nos libere la Casa de Día, que la abran”. La demanda no es menor, pues se trata de una petición que toca fibras personales, familiares y comunitarias, en un contexto donde los trastornos mentales siguen siendo una de las problemáticas más silenciadas y menos atendidas del sistema de salud pública.
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La salud del adulto mayor, insisten, no puede seguir relegada. En un país donde la atención enfrenta múltiples carencias, iniciativas como la Casa de Día son vistas como modelos exitosos, particularmente esta de Guasave que tiene una aprobación de primer lugar nacional en asistencia y productividad.