Guasave, Sin.- Eran sólo tres en el turno de la tarde-noche de este jueves, apenas si están retomando el servicio, era su segundo día y se sorprendió cuando se le preguntó si habían ya regresado de planta.
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Don Waldo traía guantes, una careta que le abarcaba todo el rostro y debajo de ella un cubrebocas doble de color azul, bien protegido para no contagiarse.
Está por cumplir los 80 años ya pero su altura y su fortaleza no denotan los años que ha acumulado. Gustoso recibió la llamada de Casa Ley cuando le hablaron para que a partir del pasado miércoles se presentaba a trabajar, tras 18 meses de haber dejado la caja de la tienda que se ubica en Guasave.
“Me dio mucho gusto niña, ya volvimos los que quedamos porque muchos ya no están, nos hablaron, yo creo que a algunos se los llevó el COVID-19; yo tenía muchas ganas de trabajar, ahí anduve barriendo y ayudando pero pues no tengo ni pensión”, relató mientras recogía de parte de la cajera los artículos que iba cobrando.
La tienda les apoyaba de vez en cuando con el redondeo que aportaban los clientes, también recibía la ayuda del Programa de Bienestar para Adultos Mayores pero no era suficiente ni le alcanzaba para sus gastos ni mucho menos lo mantenía activo físicamente.
Don Waldo siempre ha trabajado como jornalero para salir adelante, afortunadamente no se contagió en estos meses que estuvo desempleado pero no le teme al coronavirus, se puso en manos de Dios y se protegió bien, además, en la tienda le dieron implementos para hacerlo.
Con él una señora de cabello claro y un adulto que se veía poco menor que él pero los tres activos, contentos, alegres por regresar a laborar como paqueteros. En los siguientes días esperan se incremente el número pues apenas algunos están recabando sus documentos para el nuevo contrato, dijo.