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Despiden con dolor a víctimas del ?infierno? en Coppel

Familiares, compañeros y amigos les dieron el último adiós a las mujeres fallecidos en el incendio

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Culiacán, Sin.-Con el dolor a ras de piel e impotencia, familiares de algunas de las víctimas que fallecieron en el incendio de Coppel Hidalgo ocurrido en el Centro de Culiacán les dieron el último adiós.Despidieron a la madre, a la amiga, a la esposa, a la hermana, a la hija, esperando algún día alcanzar la resignación ante la tragedia que conmocionó a Culiacán y la entidad entera.”Era una buena esposa y una excelente madre”Entre lágrimas y llantos, familiares de Rosa Imelda Celis Gamboa despidieron sus restos que fueron sepultados en el panteón del rancho El Varejonal, sindicatura de Jesús María. ?Era una mujer muy alegre, muy trabajadora, pero, sobre todo, era una buena esposa y una excelente madre?, fueron las palabras de Javier Benítez, esposo de la trabajadora Rosa Imelda Celis Gamboa, quien perdiera la vida al lado de cinco compañeras más en la tienda departamental Coppel sucursal Hidalgo. ?Era contenta, muy contenta, bromista, trabajadora, ella tenía todo, bonita, aquí la conocí yo en el Seguro (social), estaba cuidando a un primo de ella de un accidente que tuvo y ahí la conocí, teníamos más de 21 años de casados?, recordó.Durante los funerales de su esposa, Javier Benítez declaró que en constantes ocasiones le sugería que dejara ese trabajo, ya que le parecía de mucho riesgo laborar de noche y más encerrada en un lugar que no contaba con seguridad, el cónyuge dijo también que en reiteradas ocasiones Rosa Imelda le informó que delincuentes intentaban ingresar a la tienda para robar mercancía, sin que la empresa tomara cartas en el asunto.El esposo de la trabajadora señaló que las entradas y salidas de la tienda, desde que ingresaban los encargados de inventarios, eran encerrados y salían hasta la mañana siguiente cuando se abría el negocio.  ?Sí, yo muchas veces le dije que se alejara de ahí, porque estaba peligroso, por eso mismo, porque muchas veces entraban a robar, a ella le tocó una vez y oía mucho ruido, que se querían meter, pues cada rato robaban en la tienda, y yo le decía pues que se saliera, pero ella me decía, no, espérate, también le decía por un incendio que estaba peligrosísimo?, comentó.El padre de cuatro hijos mencionó que entre los últimos encargos que le hizo su esposa antes de salir a trabajar fue que levantara a la niña temprano y la llevara a la escuela y de paso felicitarla por su excelente labor como estudiante de primaria.?Me dijo que cuidara a la niña, porque había hecho un trabajo la niña y estaba muy contenta, dile, felicítala, dile que le quedó muy bonito y cuídala, ya mañana la despierto para que vaya a la escuela, a la mas chica, va a la primaria, y después me dijo, bueno ya te voy a dejar porque las muchachas ya están cenando y ahí nos vemos el viernes?, contó.Familiares de Karla Judith claman justiciaDon José Octavio  dice que por momentos se siente muerto en vida al  ver a su hija muerta, cuando apenas el martes la miró llena de vida salir a su trabajo a la tienda Coppel Hidalgo. Con la mirada perdida y sentado a unos metros del féretro, dice en voz baja que no fue justo lo que le pasó a Karla Judith porque era una tienda céntrica, donde no era necesario que  las puertas tuvieran  tantas cerraduras, y todas con candados que les impidieron salir  a salvo del incendio que la sorprendió junto a cinco compañeras.?No lo considera uno justo, porque era una tienda céntrica que bien pudo haber estado con las puertas abiertas, con un vigilante, y  yo me imagino que pudieron haber tenido más importante de salir a salvo, sí me platicó que las encerraban, así se trabajó hace mucho tiempo y sigue igual?, expresó.    Afligido por las pocas horas de sueño que ha tenido en las últimas horas, accede a platicar el señor José Octavio González López y dice que él se enteró del siniestro hasta el miércoles por la mañana al escuchar las noticias.  ?Mi hija no nos contestó, tratamos de comunicarnos pero no nos contestó, pero las otras muchacha parece que sí hablaron, les llego el apoyó  pero no se pudo hacer nada para salvarlas, yo me enteré del siniestro por las noticias?, comentó. Karla Judith  González Zapata tenía 36 años de edad,  era viuda desde hace cuatro meses  y deja en la orfandad a dos hijos que llevan por nombre Nara Idaili y Jesús Antonio  González, de 14 y 16 año respectivamente.Acompañado de su única hija de nombre Olga, don José, de 56 años de edad,  pide a la familia Coppel que lo apoyen con la educación de sus nietos  y en los trámites para que el Infonavit no les quite su casa en Prados del Sol.?Pues que nos echará la mano con los muchachitos para que sigan estudiando, un empujón con ellos porque es la responsabilidad que nos va a quedar?, dijo. A las  autoridades pidió que se investiguen las causas del incendio aunque quedó claro que no hubo reacción inmediata para salvar a las seis trabajadoras.?Pues está claro lo que pasó, como que faltó todo, se tardó todo, la ayuda llegó tarde y eso ellos ya lo saben?, detalló.  Despiden con dolor a Ariana LópezCon la presencia de familiares, amigos y compañeros de trabajo, fue despedida mediante una misa de cuerpo presente, la joven Ariana López Soto, quien falleciera el pasado martes tras incendiarse de la tienda Coppel Hidalgo, donde ella estaba trabajando.Durante la homilía, Monseñor Manuel Silva señaló que no hay palabras que puedan consolar en un momento tan amargo, como la muerte y más cuando se trata de un hijo, por lo que invitó a la familia López Soto a abrir el corazón y acercarse a Dios para encontrar el consuelo divino.?No alcanzamos a entender y nos invade el dolor, más aun cuando aquella persona que se va inesperadamente como si fuese arrebatada, en estas situaciones la necesidad de aceptar que así es, solamente nos queda el consuelo divino y ante estos momentos nos hay palabras, solamente nos queda Dios y en él nuestra esperanza de que volvamos a vivir, especialmente para los papás de Ariana?, mencionó.Sin duda, el momento más emotivo fue cuando al concluir la ceremonia, los presentes hicieron una valla desde el altar hasta la salida de la iglesia, donde con aplausos fue despedida la joven Ariana.El señor Adán López Muñoz, padre de Ariana López Soto, señaló que ella era su orgullo, su vida y su luz, ya que a sus apenas 24 años de edad tenía un año de haber egresado de la carrera de Administración de Empresas y desde dos años antes ya laboraba en tiendas Coppel.El señor López Muñoz dijo que se hija se encontraba en entrenamientos para ascender al puesto de gerente y su presencia esa noche en la tienda era la primera en inventarios porque otro compañero le delegó la responsabilidad.?Le delegaron la responsabilidad del inventario, hubo una persona masculina que a él le tocaba, mi hija, profesionista, trabajando para una empresa tan seria y supuestamente preparándola para gerente, tomando inventario la encerraron en esa tienda y has de cuenta que me la asesinaron, era mi orgullo, mi vida, mi luz?, mencionó.Entre llantos e impotencia despiden a Claudia Janeth y Karla Yudith ?Le hice un castillo a mi mami lleno de flores?, manifestaba el pequeño Ángel David, y fijando la miranda hacia arriba decía: ?Es que se fue al cielo?.Con tan sólo cuatro añitos, el pequeño parecía entender, a ratos, lo que pasaba a su alrededor, y entre llantos desgarradores y el dolor de la familia, sólo miraba el féretro gris en el que el cuerpo de su madre, Claudia Janeth Hernán Delgado, recibía cristiana sepultura entre rosas rojas: ?Haciendo un castillo a mi mami, pero yo no sé?, expresó.La indignación entre los familiares, amigos  y compañeros de trabajo se hizo presente en el último adiós de Claudia Janeth, quien fuera una de las seis víctimas en el incendio de la tienda Coppel Hidalgo.Los reclamos del ?por qué?, ?así no te tocaba morir?; y sobre todo recordaban que había dejado dos angelitos, Sebastián de 45 días de nacido y  Ángel David de 4 añitos.Manifestaban que el peor castigo era que ni siquiera podían volver a verla para darle el último adiós.Mientras su madre Blanca Delgado y una de sus hermanas se aferraban al ataúd y le gritaban que cuidarán a sus hijos:  ?(entre llantos) ¡Ay, por qué Dios no me llevó a mí en vez de a mi niña, ella tenía niños chiquitos, yo no quería verte así hija, por eso te hice vela toda la noche!  Casi de manera simultánea el dolor de otra familia también se vivía, pues en la iglesia San Juan de los Lagos se daba el último adiós a otras de las víctimas de ese accidente, Karla Yudith González  Zapata de 36 años, quien fue llevada al panteón San Martín para luego ser cremada.Con la tristeza reflejada en su rostro una de sus compañeras que asistió a su velorio habló de esta tragedia:  ?Pues con mucho cariño y con mucha angustia porque pues su familia pobrecita porque, pues uno es un amigo, pero la familia de ellos que la vieron salir de sus casas y ya no regresaron es muy doloroso?, indicó.Karla Yudith González dejó huérfanos a dos hijos, al igual que Claudia Janeth Hernán Delgado, por lo que el pequeño Sebastián de 45 días de nacido ahora tiene que ser amantado por tres nodrizas ante la ausencia de su madre. 

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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