Culiacán, Sinaloa. Para el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso del Estado, Feliciano Castro Meléndrez, la justicia no puede ser aislada o ajena al pueblo y la reforma al Sistema Jurídico Mexicano no solo es un tema de jurisconsultos, sino que va mucho más allá, es un tema de humanización y democratización de la procuración y la impartición de la justicia.
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Al manifestar su postura a favor de la reforma al Poder Judicial consideró que la democratización de la justicia supone tener como concepto la dimensión suprema de la política con sentido ético, es decir, el humanismo.
“La democratización de la justicia supone tener como concepto la dimensión suprema de la política con sentido ético, el humanismo. El lenguaje popular, de qué se trata la reforma al Poder Judicial, trascender la indiferencia, la lejanía, la actitud inhumana y frialdad que habita en los despachos donde se redactan las sentencias. La justicia no puede ser aislada, ajena al pueblo. La reforma al Sistema Jurídico Mexicano no sólo es un tema de jurisconsultos va mucho más allá es un tema de humanización y democratización de la procuración y la impartición de la justicia”, dijo.
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Castro Meléndrez agregó que la reforma al Poder Judicial es trascender la indiferencia, la lejanía, la actitud inhumana y la frialdad que habita en los despachos donde se redactan las sentencias.
Expuso que México será el primero en el mundo en hacer una reforma al Poder Judicial en la dimensión que se busca.
Indicó que mientras el Poder Judicial se considere como ramo de la administración pública, bien podría confiarse el nombramiento de los jueces al ejecutivo, ya por sí solo, ya con intervención del legislativo, pero apuntó que si desde el instante en que el ejercicio de las funciones judiciales se ha considerado como un verdadero poder público; en que a ese Poder se ha confiado la inviolabilidad de la Constitución, y el examen y el juicio de las leyes mismas con relación a la ley suprema, no puede confiarse la elección de los jueces sino al pueblo.
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Recalcó que los juzgadores no deben darse baños de pueblo, sino que deben ser gente comprometida con el pueblo, que al nombrarlos uno de sus perfiles habrá de ser la sensibilidad social y un sentido de pertenencia al pueblo.
