Culiacán, Sin. – Luego de una noche en Culiacán donde los helicópteros del Ejército Mexicano anunciaban su labor y los mensajes de WhatsApp no dejaban de llegar avisando de la presencia de camionetas verdes oficiales en medio de la oscuridad, la mañana luce atípica en el sector comercial del sur de la ciudad.
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El tráfico vehicular en la carretera llamada “La Costerita” es todavía tímido y silencioso, los conductores salen al paso revisando sus espejos en busca de cualquier aviso de movimiento irregular de las fuerzas del orden o su contraparte civil.
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Si bien el llamado de la autoridad fue a no tener miedo y a continuar con las actividades cotidianas, en la vida real, para el trabajador que sale con la luna a sus espaldas, toda precaución es poca. En el mercado de abastos el movimiento comenzó desde temprano, pero los oídos y los celulares están atentos a los noticieros que actualizan las novedades de los “levantados” en Culiacán.
La vida cotidiana sigue su curso, pues, de manera regular, pero el fantasma de viejos hechos no se va del consiente ciudadano, solo que esta vez nadie le apostó al encierro y no dejó que el miedo secuestrara sus vidas sin olvidar que, en Culiacán todavía hay familias esperando a sus seres queridos.
Con la salida del sol, los culiacanenses retoman su ritmo y las noticias de que algunas personas que fueron privadas de la libertad ya están siendo liberadas en distintos puntos de la ciudad da un atisbo de esperanza y sobre todo una bocanada de oxígeno para esas familias que habían sido separadas.
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