Mazatlán, Sinaloa.- A la señora Azucena una llamada le cambió la vida en menos de tres días. Y es que cuando estaba trabajando en el campo, como jornalera agrícola, se le ocurrió contestar una llamada con lada de otro estado diciéndole que se había ganado una camioneta negra… y ahí empezó su viacrucis.
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Se trata de una señora que gana sus 200 o 250 pesos diarios como jornalera agrícola, quien escuchó a la persona al otro lado de la línea del celular diciéndole que se había ganado una camioneta y que solo tenía que depositar una cantidad de dinero a una cuenta que le dio, y con eso tenía para que le dieran el vehículo.
Sin embargo, a esa llamada le siguieron otras y otras, hasta que habló con sus familiares que radican en Villa Unión y fueron a sacar un préstamo a una tienda departamental que se ubica a la salida de esa sindicatura, para depositarlos y ganarse la camioneta negra, por 30 mil pesos, otros 40 mil y otra cantidad más…
“Ayer (miércoles) me dice mándame otros 40, 47 dice, por eso yo traigo todos los tickets y después dice ahorita llego ahí para entregarlo, ta´ bien, le dije y yo estoy esperando todo el día, pero no llega, tengo todo el día sin comer, ya no tengo ningún peso para otro préstamo”, manifestó.
Luego de esas llamadas, le siguieron otras más pidiéndole dinero que le hacía falta para completar y enviarle la camioneta. Y de nuevo fueron a solicitar otro préstamo y otro más, hasta completar la cantidad de más de 150 mil pesos que envió al número de cuenta que le dio el desconocido y los comprueba con los tickets de depósitos que traía en la mano.
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Al ver que el miércoles no tenía ninguna respuesta, solo peticiones de dinero, la madre de cuatro hijos menores de edad habló con sus familiares y entendieron que había sido estafada tanto ella como sus familiares que la ayudaron a reunir el dinero, por lo que acudieron este jueves al Ayuntamiento de Mazatlán para que les asesoraran y saber qué hacer.
Con lágrimas en los ojos, dijo que ya estaba presionada y desesperada, ya que no sabía cómo le iba a hacer para pagarle a la tienda departamental el dinero que les prestó para que le regalaran una camioneta.
Aseguró que ya le empezaron a cobrar los préstamos y hasta la amenazaron con quitarle un hijo chiquito para que les pagara, pero indica que no tiene dinero para abonar, porque gana muy poquito y el recurso que tenía para la comida de la semana, se lo gastó en la ilusión de contar con una camioneta.
Lamentándose, reconoce que con mentiras la engañaron, diciéndole que este día le iban a traer la camioneta desde Chilpancingo, Guerrero, de donde provienen la lada, y que fue estafada. Ahora, ya tiene días sin comer ella y sus hijos al quedarse sin dinero, porque fue engañada.
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