Salud.- Una investigación realizada en personal sanitario de Bélgica reveló que las personas que han recibido la vacuna de Moderna desarrollan más anticuerpos contra COVID-19 que las que han recibido la de Pfizer.
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El estudio mostró que la cantidad de anticuerpos que se adquieren con la vacuna de Moderna es más alta en todos los grupos de edad estudiados. Es más alta tanto en personas que han tenido COVID-19 como en aquellas que no han estado expuestas antes al virus.
Dos meses después de recibir la segunda dosis las personas vacunadas con Moderna tienen una media de 3.836 unidades de anticuerpos IgG por mililitro de sangre (U/ml). Para las personas vacunadas con Pfizer la media es de 1.444 U/ml.
También se demostró que los jóvenes desarrollan más anticuerpos después de vacunarse que las personas mayores
La diferencia podría deberse a que la vacuna de Moderna contiene una dosis más alta de ARN mensajero que la de Pfizer. Una explicación alternativa o complementaria, añaden, es que las dos dosis de Pfizer se administran con tres semanas de diferencia y las de Moderna, con cuatro. Estudios previos han observado que la respuesta inmune es más robusta si se alarga el intervalo entre dosis.
Las cantidades más altas de anticuerpos se han registrado en personas que habían pasado por el virus y por lo tanto ya tenían inmunidad antes de vacunarse. En este grupo los anticuerpos IgG han subido a 10.798 U/ml con la vacuna de Moderna y a 8.174 U/ml con la de Pfizer.
Por edades, la respuesta inmune más fuerte se ha registrado en el grupo de menores de 35 años y la menos fuerte, en el de mayores de 55. La diferencia puede deberse a la cantidad de ARNm que contiene cada vacuna o a los intervalos distintos entre las dosis
En el estudio participaron 1.647 trabajadores sanitarios del hospital de Genk, de los que un 58% recibieron la vacuna de Pfizer y un 42%, la de Moderna entre los meses de abril y mayo. Tienen una media de edad de 44 años y un 81% son mujeres.
Se les hicieron tests de anticuerpos antes de la vacunación para determinar quienes habían pasado la infección y unos dos meses después de la segunda dosis para cuantificar la respuesta a la vacuna. Es el primer estudio que compara directamente la respuesta inmune de anticuerpos entre ambas vacunas.
Hacen falta más estudios para aclarar si la diferencia en los niveles de anticuerpos IgG se traduce en una menor protección frente al virus
La protección frente a la infección no depende solo de los anticuerpos IgG, recuerdan los investigadores. Pero “el nivel de la respuesta humoral [de anticuerpos] después de la vacunación tiene correlación con (…) los anticuerpos neutralizantes”, que son los más importantes para prevenir contagios, escriben en JAMA.
La protección depende también de las células inmunitarias, que son complementarias de los anticuerpos, y sobre las que los niveles de IgG no aportan información.
Los resultados confirman que la respuesta inmune varía según la vacuna que se ha recibido. Por lo tanto, el declive de la respuesta inmunitaria y la conveniencia de recibir una tercera dosis de refuerzo también pueden depender de cada vacuna.
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