Guasave, Sin.- Ni siquiera le preguntaron su nombre, el momento no se los permitió, no tuvieron cabeza para eso, fue hasta que habían dimensionado la magnitud de lo que ocurrió cuando expresaron: “qué valor de muchacho de haberse metido al mar“.
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La tragedia de este domingo en playa Bellavista, donde falleció Adrián, de 24 años de edad, vecino del municipio de Salvador Alvarado, evidenció muchas cosas, situaciones para las que, quizá, nadie se prepara.
En primer lugar, la lejanía de la playa con la base de rescataste en temporadas normales, la falta de radio matra en las patrullas cercanas y la falta de pericia o capacitación de las personas para dar los primeros auxilios, incluso de los mismos agentes preventivos.
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Fue el dolor de la impotencia lo que llenó a los acompañantes de Adrián de preguntas al aire y de no saber qué hacer, primero para salvarle la vida, después para trasladar sus restos.
El nombre de Jesús Santiago, de 24 años de edad, vecino de la comunidad de La Palma, en el municipio de Guasave, quizá no les diga nada, pero es el dato del héroe con rostro que se aventuró a sacar el cuerpo que flotaba en el mar con muy pocos signos vitales, lo hizo solo nadando, para cuando la panga de Boca del Río llegó, la víctima estaba a la orilla.
A este joven le hubieran debido la vida de Adrián, de su misma edad, si hubiese llegado minutos antes, pero hoy le deben también, mínimamente, el estar velando un cuerpo que no se perdió en la profundidad del océano.
