Clama por paradero de su hijo desaparecido

Guasave, Sin.- La incertidumbre de no tener el menor indicio sobre el paradero de su hijo desde hace poco más de tres años obliga a don Adolfo López Ramírez a clamar desesperado para que le den una pista de donde pudiera localizarlo, vivo o muerto. El vecino de esta ciudad narró a Línea Directa el calvario que padecen desde el 28 de febrero de 2015 cuando su vástago de nombre Adolfo de Jesús López Esparza, de entonces 22 años, fue privado de la libertad al salir de la clínica del Seguro Social de Los Mochis, donde laboraba en el área de intendencia.
?Era trabajador del Seguro Social, tenía base interina, desapareció junto con otros dos jóvenes compañeros de él, fue el 28 de febrero de 2015 de la UMF número 37 de Los Mochis, todos los días está en mi corazón sea como lo tenga Dios, desgraciadamente es un cáncer de la sociedad que a diario hay un desaparecido o un levantado?, comentó. Desde entonces dice este padre de familia que no hay un solo día que no vivan con la zozobra de pensar en que fue del paradero de su hijo, si está vivo o muerto, aunque reconoce que por el tiempo que ha transcurrido desde su plagio las posibilidades de que este con vida se reducen considerablemente.
Por ello este día en el cumpleaños número 25 de su hijo el padre de familia clama desesperadamente para que les den una pista, el menor indicio de su paradero, pues son más de tres años de un sufrimiento que no cesa, que no da tregua al olvido y sabiendo donde está al menos tendrán un lugar donde irle a llorar.
?Que me ayuden con un anónimo, no buscamos culpables, yo no quiero saber quiénes fueron ni nada, quiero saber nada más donde están sepultados los restos para poderlos encontrar y tener un lugar donde llevarle una flor y rezarle, donde decir aquí está descansando mi hijo y dedicarme nada más a pedir por su alma?, suplicó con voz entrecortada. El calvario que sufre don Adolfo es el mismo que a diario pasan decenas de familias en la zona norte de Sinaloa pues en los últimos años la desaparición de personas secuestradas se convirtió en una nueva modalidad de operar para la delincuencia organizada.
ARG/lm