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Un poco de historia

Culiacán, Sinaloa, 20 de julio 2024. En varias ocasiones, atentos y amables lectores me han pedido que cuente (ahora que todavía hay tiempo) la historia de...

Jorge Guillermo Cano
Jorge Guillermo Cano | Jorge Guillermo Cano

Culiacán, Sinaloa, 20 de julio 2024. En varias ocasiones, atentos y amables lectores me han pedido que cuente (ahora que todavía hay tiempo) la historia de esta columna que quiere contribuir en algo al pensamiento libre, siempre al lado de los más vulnerables, luchando en lo que se puede por la igualdad, la equidad, el interés general de nuestra población y la democracia.

En agosto próximo esta columna cumplirá 55 años de estarse publicando en diversos medios locales y de los llamados nacionales, con algunos altibajos e interrupciones.

Inició, desde luego, en “La Voz de Sinaloa” (1969) y se ha publicado en el “Debate de Culiacán”, el “Sol de Sinaloa”, el “Diario de Culiacán”, el “Diario de Sinaloa”, en la revista “Apunte”, en “La Voz del Valle”, en “Panorama” y en “Síntesis de Prensa”, de Héctor Muñoz.

También en “a discusión”, en “Vértice de Sinaloa”, en la revista “Presagio” y a nivel nacional en “Jueves de Excélsior”, en el diario “Excélsior” y en “Voces del periodista”, la revista del Club de Periodistas de México, al que pertenezco.

A petición de parte se ha publicado en otros medios del país, pero de manera sistemática creo que los mencionados son los principales.

DE LA NUEVA ÉPOCA

Desde diciembre de 2013, se publica de manera ininterrumpida en el sitio de nuestro gran amigo, Jorge Luis Telles Salazar; en junio del 2018, inició en “Línea Directa”, que ahora dirige el estimado Víctor Torres y, a partir de julio de 2021, en “Los noticieristas”, que jefatura Luis Alberto Díaz, también muy estimado por este tecleador.

En todos estos años (más de medio siglo) he tratado de que la columna refleje fielmente el pensamiento de su autor, con sus errores y aciertos, si los hay; aquello que uno está dispuesto a defender asumiendo los riesgos de su expresión.

Debo decir, sin embargo, que nunca he sido presionado para que escriba en tal o cual sentido; para que halague o condene, aunque hubo algunas ocasiones, muy pocas, en que la columna simplemente no aparecía o se le quitaba una parte.

Sin problemas mayores, asumía que hay cuestiones de política editorial, con todo derecho de los medios, y en sana paz a otra trinchera.

LOS ASUNTOS DE APUNTE

Sin descargo de las cuestiones propiamente locales, incluso domésticas (como el caso de la modernidad citadina ausente en Culiacán), en Apunte con mayor frecuencia se parte del análisis de lo nacional, e incluso internacional, para tratar de ubicar lo inmediato y cercano en la perspectiva más amplia de lo que se nos presenta como ajeno, por la fuerza de la lejanía, pero que es propio y terrenal.

Cuestiones problemáticas cuya importancia radica en el impacto social observable, más allá de los actores coyunturales de la política. Desde luego. Tales actores también aparecen, dado el caso (pocas veces) al nivel de una actoría relevante en la problemática.

Sin embargo, la sola condición política no resulta suficiente para convertirlos en protagonistas cotidianos.

CADA QUIEN A LO SUYO

Hace ya muchos años, conversando con nuestro siempre recordado Jorge Medina León, le decía lo que un día dije a mi maestro, Don Gustavo D. Cañedo, en “La Voz de Sinaloa”.

Algunos políticos y funcionarios se habían quejado con Don Gustavo de que yo nunca hacía reconocimientos o alabanzas, incluso cuando algunas cosas eran o parecían buenas.

La verdad, le dije a Don Gustavo, hay veces en que pienso hacerlo, pero luego recuerdo que para eso hay muchos especialistas y les dejo la tarea a ellos. Don Gustavo esbozó una amplia sonrisa de acuerdo y afecto.

LO IMPORTANTE, EN PRIMER LUGAR

Releyendo mis columnas de hace décadas (las que he podido guardar o recuperar, con la gran pena de que las primeras, en “La Voz de Sinaloa”, se perdieron) encuentro que muchas derivaciones que aquí se plantearon un día, al siguiente, dos o tres después, eran abordadas en la prensa llamada nacional, la que se editaba en el Distrito Federal, ahora Ciudad de México.

No hay presunción en ello, sino traer a colación que los asuntos importantes se pueden destacar en cualquier parte, y que lo que allá llaman “provincia” con frecuencia está un paso adelante.

Pero, sobre todo, la intención en Apunte ha sido y es, mientras dure, motivar la reflexión, hacer pensar proporcionando otras vías de análisis, otras rutas con una interpretación consecuente de la información.

EN EL TINTERO

-Como ya eran varias las veces en que me habían pedido esta información, queda aquí agradeciendo la atención que lectores asiduos le han puesto al asunto.

-Me han preguntado también cuanto gano, en dinero, por hacer esta columna. La respuesta es: nada. La hospitalidad y el sentimiento de hacer lo que nos toca en esta vida, es suficiente. Cierto que cuando era reportero había salario, pero la columna, como tal, nunca ha sido cobrada. ([email protected]).

Fuente: Internet

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